img

La temperatura ideal en casa no se mide solo en grados, sino en equilibrio: entre confort, ahorro energético y salud. Este verano, menos es más: climatizar con inteligencia, con soluciones adaptadas a cada tipo de hogar y estilo de vida, es clave para combatir el calor de forma eficiente y sostenible

Cada verano empieza con la misma promesa: este año no se va a sufrir el calor dentro de casa. Pero entre el primer chapuzón y el primer "¿quién ha puesto el aire como si estuviéramos en Islandia?", se sigue sin tener claro cuál es la temperatura ideal para vivir a gusto, ahorrar en la factura y cuidar la salud.

La respuesta no está solo en el termostato, sino en el equilibrio. En Bosch Home Comfort se llama temperatura de confort. Ni más, ni menos. La temperatura ideal no se mide solo en grados. La temperatura "perfecta" no es igual para todos, ni para todas las viviendas. Depende de la ubicación, del nivel de aislamiento del hogar, del número de personas que lo habiten (sí, los animales también cuentan) y de la sensibilidad al calor de cada individuo. Y, sin embargo, hay una referencia clara: los 25-26º C son el rango recomendado para mantener la casa fresca y evitar sorpresas en la factura de luz.

Quienes ajustan el aire a 21 °C y terminan tapados con una manta en pleno julio se enfrentan a una realidad poco eficiente: por cada grado adicional que se exige al equipo de climatización, el consumo energético puede incrementarse hasta un 8%. La buena noticia es que no es necesario llegar a esos extremos para disfrutar de una temperatura confortable en casa.

Combatir el calor no significa convertir la casa en una nevera. De hecho, lo más recomendable es mantener una diferencia térmica de entre 6 y 12 grados respecto al exterior, lo que ayuda a evitar shocks térmicos y a cuidar la salud.

Además, distribuir bien la climatización por zonas —porque no se necesita la misma temperatura en la cocina que en el dormitorio— y dejar que circule el aire cuando refresca son hábitos sencillos que marcan la diferencia. Si a eso se le suma un buen aislamiento térmico, queda claro que estar fresquito no es cuestión de potencia, sino de estrategia.

Ahora bien, antes de adquirir un sistema de climatización, es esencial analizar algunos de los factores clave que aseguran confort, eficiencia y adaptabilidad a las necesidades de cada vivienda:

El primer paso es determinar cuántas habitaciones se necesita climatizar. Para una sola estancia, un sistema Mono Split —compuesto por una unidad interior y otra exterior— suele ser la opción más eficiente. Si se desea enfriar dos ambientes, como un salón y un dormitorio, conviene optar por un Multi Split con dos unidades interiores conectadas a una sola unidad exterior.

En viviendas más amplias que requieren climatizar tres o más espacios, la solución puede ser un sistema Multi Splitmás completo (3×1, 4×1, 5×1) o bien un sistema de aire acondicionado por conductos, ideal para una cobertura más homogénea.

La potencia del equipo debe ser adecuada a la superficie a enfriar. En general, se estiman entre 100 y 140 frigorías por metro cuadrado. Por ejemplo, para un espacio de 30 m² se necesita un equipo que proporcione entre 3.000 y 4.000 frigorías. Factores como el aislamiento de la vivienda, la orientación, el tipo de ventanas o la ubicación geográfica también influyen en esta elección.

La etiqueta energética del equipo ofrece información valiosa sobre su rendimiento. Los modelos más eficientes cuentan con clasificación A+++, tanto en refrigeración como en calefacción, no hay que olvidar que estos equipos también aportan confort en invierno.

El índice SEER mide la eficiencia en modo frío y el SCOP en modo calor: cuanto mayores son estos valores, menor será el consumo eléctrico para mantener el confort.

La tecnología también juega a su favor. Hoy existen soluciones inteligentes que no solo enfrían, sino que aprenden de los hábitos, los horarios, las rutinas y las preferencias de cada persona para mantener siempre el confort perfecto con la mínima energía posible.

Es aquí donde entra la innovación de Bosch Home Comfort. Porque no se trata solo de proponer tener aire acondicionado en el hogar, sino de ofrecer una experiencia de climatización a medida, sostenible, inteligente y respetuosa con el estilo de vida (y el bolsillo) de cada persona.

Por ello, este verano, el mejor plan empieza en casa. Para ello, se debe conocer cómo hacerlo con soluciones de climatización inteligente, pensadas para todo tipo de hogares:

No siempre se trata de la vivienda habitual. También entran en juego las segundas residencias. Modelos como el Bosch Climate 3000i resultan ideales para hogares de uso estacional, como casas en la playa, ya que combinan un diseño moderno con funcionalidad y eficiencia. Con potencias que van desde los 2.6 hasta los 7.0 kW, y control inteligente desde el móvil a través de la app Bosch HomeCom Easy, se convierten en una opción perfecta para quienes buscan frescor sin complicaciones y sin renunciar al estilo. ¿Se quiere algo más sofisticado? El Climate 7000i eleva la climatización a otro nivel, con WiFi integrado, un sistema avanzado de filtrado por iones que mejora la calidad del aire, y un diseño de la unidad interior premiado con el iF Design Award 2025. También se puede encontrar en tres colores y potencias de hasta 7.0 kW, este modelo no solo enfría o calienta: transforma el confort en una experiencia personalizada y conectada.

Ambos modelos, además, son compatibles con asistentes de voz inteligentes, lo que permite ajustar la temperatura con solo decirlo.

Saber cómo mantener una temperatura estable y eficiente en casa es el primer paso para un verano sin sobresaltos. El segundo es contar con tecnología que lo ponga fácil.