La cifra ha experimentado un crecimiento de 5 puntos porcentuales con respecto a 2023 (137%). Este incremento marca el mayor crecimiento registrado en toda la serie histórica. Por Comunidades Autónomas vuelven a liderar el ranking de envejecimiento Asturias (257,2%), Galicia (224,3%) y Castilla y León (223,8%), mientras que solo Ceuta (69%), Melilla (56%) y Murcia (98%) registran índices inferiores al 100%, con mayor proporción de personas jóvenes
En el año 2024 las cifras de envejecimiento en España han experimentado el mayor crecimiento de toda la serie histórica, de 5 puntos porcentuales. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, el pasado año se registró un nuevo máximo histórico, del 142,3% o, lo que es lo mismo, ya se contabilizan 142 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 (en 2023 la cifra alcanzó el 137,3%).
En este contexto, el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco analiza estas cifras, bajo el convencimiento de que el envejecimiento tiene un impacto decisivo en el mercado laboral, planteando la necesidad acuciante de apostar por el talento sénior para garantizar la sostenibilidad del mercado laboral.
Evolución del envejecimiento en España La evolución del índice de envejecimiento en España es un indicador que expresa la relación entre la población mayor de 64 años y la población menor de 16 años dentro de un territorio determinado.
Contrasta la cifra actual (142,3%) con la de principios del milenio, cuando el país presentaba prácticamente la misma proporción de personas mayores de 64 años, que menores de 16. Sin embargo, a partir del año 2000 España es ya un país envejecido, con una tasa de envejecimiento que supera el 100% y que aumenta velozmente cada año.
Desde entonces, el envejecimiento no ha dejado de incrementarse, haciéndose especialmente evidente a partir de 2010. Si se compara la cifra de hoy con la de hace diez años, resulta llamativo resaltar que el dato actual es 29,7 puntos superior que entonces (en 2014 el envejecimiento alcanzó un 112,6%).
Este envejecimiento imparable es fruto de la confluencia de dos factores: una tasa de natalidad en mínimos históricos y una esperanza de vida que tiende al alza. En 2023, el número de nacimientos en España anotó la menor cifra de toda la serie histórica (320.656), mientras que, por el contrario, la esperanza de vida alcanzó una cifra récord de 83,2 años.
Asturias, Galicia y Castilla y León lideran el ranking de envejecimiento Por comunidades autónomas, Asturias vuelve a liderar el ranking de envejecimiento con un índice del 257,2% (257 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16), seguida de Galicia (224,3%) y Castilla y León (223,8%). Estas tres comunidades ya presentan más del doble de población mayor 64 años que menor de 16 años. En el otro extremo, Ceuta (69%), Melilla (56%) y Murcia (98%) son las únicas regiones que resisten con índices aún por debajo de 100%, registrando -todavía- una mayor proporción de jóvenes.
Talento sénior, fuerza laboral estratégica El mercado laboral se enfrenta a una transformación sin precedentes: el envejecimiento de la población avanza a un ritmo desbocado y el relevo generacional ya no está garantizado. Con 142 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, España se adentra en una nueva realidad demográfica que desafía la competitividad empresarial y la sostenibilidad del Estado del Bienestar. En este escenario, la apuesta por el talento sénior no es solo una opción, sino una necesidad imperante. Sin embargo, los prejuicios y sesgos en los procesos de selección siguen dificultando su acceso al empleo, lo que supone un contrasentido en un contexto de escasez de profesionales.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: "Este récord de envejecimiento sin precedentes refleja la consolidación de un cambio estructural que posiciona al talento sénior como fuerza laboral esencial para la competitividad de las empresas y del país, siendo su discriminación un absoluto contrasentido. Es el momento de poner el foco en las habilidades habitualmente presentes en "los sénior", como la experiencia, la madurez o el pensamiento crítico, repensando los procesos de selección para eliminar definitivamente los sesgos que dificultan la contratación de los profesionales más veteranos. No hablamos de un reto futuro, sino de una urgencia presente".
En este sentido, el experto destaca la importancia de impulsar iniciativas de reskilling y upskilling en el ámbito empresarial, asegurando que "las compañías puedan maximizar el potencial de su talento más experimentado, ya sea facilitando su reubicación en otras áreas estratégicas o impulsando su crecimiento dentro de su rol actual. De este modo, se evita la pérdida prematura de profesionales con un alto valor añadido y se refuerza la competitividad del negocio".
Además, Mesonero añade que: "Cada vez hay menos jóvenes en edad de incorporarse al mercado laboral, mientras que la población activa envejece y se reduce progresivamente, complicándose el relevo generacional. En este escenario, no podemos permitir dejar fuera del mercado laboral a segmentos de la población que tienen mucho que aportar, como las personas desempleadas de larga duración, los profesionales mayores de 50 años -talento sénior- o las personas con discapacidad. Al mismo tiempo, la población migrante representa una oportunidad para cubrir el vacío de una población activa nativa en declive".
La urgencia de este desafío requiere un replanteamiento profundo de las políticas activas de empleo y las estrategias de Diversidad, Equidad e Inclusión (DE&I) en el marco empresarial. Apostar por el talento sénior no es solo una cuestión de justicia social, sino una necesidad para garantizar la sostenibilidad de la competitividad del país y la sostenibilidad del Estado del Bienestar.