BIM ha llegado a la Contratación Pública para quedarse. Las notables ventajas que aporta esta revolucionaria metodología, basada en el trabajo colaborativo y la unificación de recursos e información, la están situando como una herramienta clave para lograr la transición hacia un funcionamiento del sector público estatal más eficaz y sostenible.
La capacidad de la tecnología Building Information Modeling (Modelado de Información de Construcción) para reducir residuos y costes de gestión es uno de los beneficios que conlleva la incorporación de esta metodología de trabajo en la Contratación Pública. Así lo destaca el Informe Trienal del sector relativo al periodo 2021-2022-2023, elaborado por la JCCPE (Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado) y en el que se menciona que BIM "contribuye a lograr una mejor y más eficaz compra pública estratégica".
En concreto, el análisis augura que la incorporación de BIM a la Contratación Pública, y en especial en la pyme, es un paso adelante para lograr en el sector de la construcción una más rápida transición verde y digital, dado el efecto tractor que ejerce la compra pública en el citado sector. También pone en valor el hecho de que el empleo de la tecnología BIM permite disponer de una única fuente de información, entablar una colaboración estrecha de todos los actores y realizar una gestión digital y colaborativa de la información de todo el ciclo de vida del activo.
Asimismo, el Informe Trienal apunta que el uso de BIM permite la elaboración de proyectos más sostenibles, ya que contribuye a la reducción de residuos (hasta un 15%); así como una detección temprana de errores en el proyecto y más precisión a la hora de redactar pliegos de prescripciones técnicas, volviendo más sostenible la ejecución de cualquier contrato.
BIM apuesta por el trabajo colaborativo apoyado en estándares y tecnologías que permiten el intercambio de información entre todos los agentes que intervienen en el ciclo de vida de un proyecto. Así, esta tecnología permite centralizar en un único modelo digital toda la información de un activo, abarcando desde las fases de diseño, construcción y gestión, hasta la de mantenimiento y/o demolición, lo que facilita una gestión más eficaz y proporciona una base confiable para la toma de decisiones. Su uso contribuye asimismo a disminuir el impacto de la construcción en el medio ambiente, al reducir el volumen de residuos (hasta un 15%) y los costes de su gestión.
Dadas semejantes ventajas, no es de extrañar que cada vez más profesionales del sector AECO (Arquitectura, Ingeniería, Construcción, Operaciones) elijan especializarse en el dominio de esta innovadora tecnología, formándose a través de completos y atractivos programas de máster BIM, como el Máster BIM Manager Internacional (+VR) que ofrece la consultora especializada Espacio BIM -www.espaciobim.com-.
Gracias al Plan BIM en la Contratación Pública, elaborado por la CIBIM (Comisión Interministerial BIM) y en funcionamiento desde el pasado mes de abril, la metodología BIM está cada vez más presente como requisito en los contratos públicos, y con ella, los estándares abiertos están imponiendo su lógica y sus ventajas en el intercambio de información. Todo ello contribuirá a mejorar la eficiencia del gasto público y servirá de palanca para la transformación digital del sector de la construcción.