Cada etapa de desarrollo de los niños es fundamental para su maduración. Ahora que los dispositivos digitales forman parte de este proceso, a muchos padres les preocupa el carácter incontrolable de la tecnología. Los niños pueden no llegar a ser conscientes de los peligros que pueden acarrear los contenidos que publican y comparten o a quién tienen detrás de la pantalla.
Según el último estudio de Qustodio, ‘De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales’, los menores pasan una media de cuatro horas al día conectados a las pantallas. La tecnología da a los niños una exposición de contenido inapropiado en Internet y a descubrir herramientas que, mal utilizadas, pueden acabar siendo un peligro. Un estudio elaborado por IPSOS y encargado por Samsung realizó una investigación en la que trataron cuáles eran las principales preocupaciones de los padres sobre la educación digital de sus hijos. Todo ello concluyó en que los mayores temores eran el ciberacoso, el acceso a contenidos inadecuados y la pérdida de hábitos como la lectura o la escritura. De hecho, en España, siete de cada diez niños sufren a diario algún tipo de acoso o ciberacoso, según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud.
El tiempo frente a la pantalla y el uso de la tecnología se han convertido en un punto de discordia para muchas familias y, en muchas ocasiones, los padres no saben cómo actuar frente a estos problemas, lo que puede afectar en cómo reaccionan sus hijos ante situaciones tan delicadas. Por ello, desde Qustodio ofrecen algunos consejos para ayudar a las familias a tratar el uso de los dispositivos tecnológicos por parte de sus hijos y su relación con ellos.
- Conocer las herramientas que utilizan. Para poder conocer el tipo de peligros que acarrean algunas aplicaciones, es importante saber cómo se utilizan y cómo se interactúa. De esta manera, los padres son conscientes de los tipos de riesgos que conllevan y es más fácil actuar si ocurre algún tipo de incidente.
- Saber qué compartir y qué no. Una vez se conocen las aplicaciones que utilizan, hay que explicarles el tipo de contenido que compartir. Muchas veces, los menores no son conscientes de la información que enseñan, según qué cosas pueden acabar usándose en su contra y ser objeto de acoso.
- Establecer unos límites de uso lógicos y saludables. Es importante que los niños hagan un uso adecuado de la tecnología para que no se convierta en adicción. Se puede emplear alguna herramienta de bienestar digital como Qustodio, que ayuda a aplicar las normas con respecto a los límites de tiempo generales, las aplicaciones que usan, entre otras.
- Asegurarse de que saben a quién acudir en caso de un problema. Si los hijos se sienten presionados en el mundo real o en el digital, necesitarán contar con alguien a quien acudir en busca de apoyo. Puede ser tanto sus padres como un profesor, algún miembro de la familia u otro adulto de confianza.
- Hablar con ellos. El primer paso para abordar problemas como el ciberacoso es hablar con el niño. Hacerle entender que lo que ocurre no es culpa suya y enseñarle a cómo lidiar con cada situación, además de transmitirles confianza y apoyo.
Eduardo Cruz, CEO de Qustodio, explica que "actualmente, los contenidos que consumen los menores son las cuestiones que más preocupan a los padres. Tenemos que conocer el tipo de uso que hacen nuestros hijos de los dispositivos y, en el caso de que haya cualquier problema, saber cómo actuar, además de educar a los niños en hacer un uso responsable de los dispositivos tecnológicos".