Encontrar la naturalidad de los pechos tras una mamoplastia de aumento es uno de los principales objetivos. Para ello, se han desarrollado diferentes técnicas quirúrgicas que permiten, no solo esa naturalidad si no que las inicisiones sean lo menos visibles
La mamoplastia de aumento es una de las intervenciones quirúrgicas más habituales. Para llevarla a cabo, existen diferentes técnicas que facilitan tanto la naturalidad del resultado como el disimulo de las incisiones. Por esta razón, los expertos en aumento de pecho Castro Sierra señalan las tres técnicas que destacan en esta intervención: incisión por la areola, por el surco submamario y la incisión por la axila.
No obstante, la técnica quirúrgica debe adaptarse a la morfología y las características de cada paciente realizando una intervención personalizada que parte de una evaluación médica completa para evitar complicaciones durante la intervención y en el post operatorio. Siempre será el cirujano quien determine cuál es la mejor técnica para la paciente
Incisión axilar La incisión por la axila en una mamoplastia evita la necesidad de atravesar la glándula mamaria introduciendo el implante a través de la axila realizando las incisiones en los pliegues de la misma. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo recomendado para aquellas mujeres que tengan poco volumen de pecho.
Incisión por la areola Este tipo de cirugía se emplea sin tocar el pezón y disimulando la cicatriz en la parte inferior de la areola por lo que no genera un gran impacto visual. Se trata de una de las técnicas clásicas ya que es directo y sencillo y permite un mayor control del tamaño y la posición para mejorar las asimetrías.
Sin embargo, esta técnica no está indicada en mujeres con areolas pequeñas o para implantes de gran tamaño. Incluso, en algunos casos, puede conllevar una pérdida de sensibilidad en la zona del pezón y la areola.
Vía submamaria Se trata de la segunda técnica más utilizada en cirugía para aumento de pecho. Gracias a este tipo de incisión, se evitan alteraciones en la sensibilidad del pezón y la areola. A través de esta técnica, la incisión pasa desapercibida al realizarse en el pliegue inferior de la mama y únicamente será visible cuando la paciente se tumbe.
Este tipo de cirugía se emplea cuando la paciente tiene el pecho caído, una areola muy pequeña o se van a implantar prótesis de gran tamaño.