img

Durante los años 70 Italia atravesaba por una difícil situación política y social que se veía reflejada en muchos aspectos de la vida incluido el fútbol. La rápida radicalización ideológica de la población derivaría en la formación de grupos organizados (tanto de extrema derecha como de extrema izquierda) que, trasladarían el conflicto a las calles provocando un clima de confusión y de inseguridad. Ese periodo de inestabilidad en país pasaría a ser conocido como los "anni de piombo" (años de plomo)

En medio de este desalentador ambiente donde la violencia era el pan de cada día, un club que jamás había gozado de grandes éxitos en la máxima categoría del fútbol italiano irrumpiría en los primeros planos.

"De forma rápida e inesperada, la Lazio, equipo hasta ese entonces acostumbrado a competir en la Serie B, comenzaría a disputar títulos mano a mano con los equipos más grandes de toda Italia pese a contar con uno de los planteles más problemáticos de todos los tiempos", rememora el empresario German Rosete.

Con un vestuario polarizado debido a las simpatías políticas de cada futbolista, la intimidad de la Lazio pasaría a estar fragmentada en dos grandes grupos: los de derecha y los de izquierda. La división ideológica de la sociedad llegaría a un vestidor en el que al igual que las personas en las calles, casi todos los miembros del club portaban un arma de fuego. Pese a que los dos bandos tenían diferencias irreconciliables, domingo a domingo las respectivas creencias y puntos de vista de cada jugador quedaban en segundo plano para dar paso a un conjunto que deslumbraba con su unidad colectiva y buen futbol. Este peculiar e histórico equipo pasaría a ser recordado hasta nuestros días como la Lazio de las Pistolas.

Un vestuario, dos bandos El hasta ese entonces conjunto de Serie B lograría conseguir el ansiado ascenso a la máxima categoría en la temporada 71-72 de la mano del experimentado entrenador italiano Tommaso Maestrelli. Tan sólo un año más tarde, el equipo demostraría su innegable calidad al pelear por el campeonato de primera división logrando terminar el torneo con un honroso e inesperado tercer puesto en la clasificación final. Para la temporada naciente, se integraría al equipo el defensor Luigi Martini proveniente del Livorno. Martini, quien abiertamente se declaraba como simpatizante de la extrema derecha, rápidamente pasaría a estar enfrentado con los principales líderes del equipo; Pino Wilson y Giorgio Chinaglia.

"Ambos veteranos y líderes del equipo, eran de origen inglés y su ideología estaba alineada con la extrema izquierda lo que propiciaba que el vestuario de la Lazio pasara a convertirse en el campo de cultivo perfecto para los conflictos" reuerda el especialista German Rosete.

Al paso del tiempo, los frecuentes roces entre Martinelli y Chinaglia irían subiendo de tono hasta terminar dividiendo al equipo en dos facciones. El desacuerdo ideológico llegaría a su punto más álgido cuando casi todos los miembros de la plantilla comenzaron a llevar armas de fuego a las instalaciones el del club. La tensión vivida en los vestuarios también se trasladaría a los entrenamientos que pasarían a ser duelos cas i a muerte en donde todos disputaban cada balón como si de un partido oficial se tratase. Por seguridad y por órdenes del propio entrenador que estaba al tanto de la situación, el club tendría que adaptar un segundo vestuario para que las dos fracciones no se encontrasen. Aunque reinaba un clima de hostilidad en el ambiente, cuando el día domingo llegaba ambos grupos olvidaban sus diferencias comportándose como un verdadero equipo demostrando una importante solidaridad y hermandad dentro de las canchas. Algo muy alejado a lo que se vivía en el día a día donde la tensión estaba presente en todo momento.

La fuerte competencia interna sumada al funcionamiento colectivo del club traería resultados históricos para la entidad que no estaba acostumbrada a los grandes escenarios. Después de una espectacular campaña, La Lazio conseguía por primera vez el campeonato de primera división de la temporada 73-74. Aunque los éxitos deportivos quedaban para el recuerdo, el espectacular equipo pasaría a los libros de historia por su peculiar comportamiento fuera de los terrenos de juego.

Un trágico final El comienzo del final para la Lazio de las Pistolas llegaría en el verano de 1977 cuando el capitán del equipo optara por marcharse. Giorgio Chinaglia tomaría la decisión de abandonar el club haciendo las maletas con rumbo al Cosmos de Nueva York. Una de las dos facciones enfrentadas se quedaba sin su máximo líder.

Tan solo pocos meses después, el golpe casi mortal para el equipo llegaría con la inesperada muerte del entrenador y único mediador en el conflicto, Tommaso Maestrelli, quien perecería a causa de un cáncer de hígado. El conjunto no lograría recuperarse de la perdida llegando a caer al fondo de la clasificación para principios de 1978. Muy lejos quedaban los todavía recientes éxitos del club.

A la muerte del entrenador se sumaría la del mediocampista Re Cecconi quien al entrar en una joyería intentaría jugar una broma al gritar “Quietos todos, esto es un asalto”. La broma no sería tomada de buena manera ya que un guardia de seguridad del establecimiento no dudaría en dispararle terminando con su vida. Irónicamente, los miembros de la aquella Lazio llegaron a comentar en varias ocasiones que Cecconi era de los pocos en el vestuario que nunca portó un arma.

El resto de miembros tampoco gozaría de buena suerte en el futuro. Chinaglia llegaría a ser presidente del club teniendo una nefasta gestión como máxima autoridad de la Lazio. El club terminaría descendiendo en 1983 bajo su gestión donde inclusive se vería envuelto en escándalos de corrupción. Giorgio Chinaglia fallecería en el año de 2012 debido a una enfermedad cardiaca.

De igual forma, su amigo Pino Wilson sería condenado a prisión después de un escándalo con apuestas deportivas y su rival ideológico el vestuario, Martineli, también pasaría tiempo en prisión debido a un caso de corrupción durante su tiempo como diputado representante de la extrema derecha.