El Hospital Ruber Internacional ya ha realizado numerosas operaciones mediante el Da Vinci Xi en cirugía general y de aparato digestivo. Ofrece una menor estancia postoperatoria y una mejoría de los resultados de la cirugía del cáncer a largo plazo
Una visualización en 3D, la posibilidad de acceder a regiones anatómicas de difícil acceso y un menor dolor postoperatorio son las principales ventajas que ofrece la cirugía robótica frente a la laparoscópica. Dadas sus ventajas, el Hospital Ruber Internacional ha incorporado desde este último año el robot Da Vinci Xi a su Unidad de Cirugía General y Aparato Digestivo con el que ya ha realizado numerosas operaciones, incluyendo cirugías del estómago y del colon – recto, tanto benignas como malignas.
La cirugía general y de aparato digestivo se ocupa de todos los órganos digestivos, del esófago, del estómago, del colon y las cirugías de la pared abdominal, como hernias. La robótica es la evolución de la cirugía laparoscópica. De acuerdo con el doctor Manuel Argüello de Andrés, responsable de la Unidad Robótica Da Vinci de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Ruber Internacional, es una cirugía mínimamente invasiva, pero digital. “El cirujano no interviene directamente sobre el paciente, sino que a través de un sistema digital el cirujano manipula dentro del abdomen un instrumental quirúrgico específico”, explica el cirujano.
El robot Da Vinci Xi cuenta con una serie de ventajas únicas frente a la cirugía laparoscópica. Para empezar, ofrece una visión superior. El cirujano visualiza dentro del abdomen del enfermo una perspectiva en tres dimensiones, a diferencia de la laparoscópica. Según asevera el doctor Argüello de Andrés, “nos da incluso mejor visión que la cirugía abierta gracias a un zoom que permite llegar hasta uno o dos centímetros de donde quieres operar”.
Movilidad y precisión Asimismo, la cirugía robótica hace uso de una serie de instrumentos que, al moverse a través de un sistema digital, eliminan todo posible temblor que se pueda tener al operar. “Anula los pequeños movimientos del temblor, con lo cual la precisión de la cirugía es mucho mayor”, indica el cirujano. Estos mismos instrumentos otorgan una movilidad de 360 grados. De forma que es posible acceder a rincones anatómicos que la laparoscopia puede dificultosamente.
Por otro lado, el robot permite fijar los trócares —los tubos a través de los cuales introducimos los instrumentos para operar dentro del abdomen— a los propios músculos del abdomen. “Al moverse mucho menos los tubos hay mucho menos dolor postoperatorio. Esto no era posible con la laparoscopia”, destaca el especialista.
La cirugía robótica no solo hace más fácil la vida del cirujano, sino también la del propio paciente. Así, el robot quirúrgico Da Vinci Xi ofrece una menor estancia postoperatoria gracias a una recuperación más rápida. A su vez, posibilita una mayor capacidad de quitar los ganglios afectos por el cáncer. “Al llegar a sitios donde la laparoscopia no llega eres capaz no solamente de quitar el cáncer, sino todos los tejidos de alrededor se pueden limpiar de una forma más sencilla”, explica Manuel Argüello. Gracias a esto, aumenta la “generosidad” de la resección del cáncer, con lo que mejorarían los resultados de la cirugía del cáncer a largo plazo.
Tal y como afirma este especialista, aunque el robot Da Vinci lleva en funcionamiento desde hace 15 años, no ha sido hasta los últimos tres o cuatro años cuando se ha incorporado a las unidades de cirugía general y aparato digestivo. Todo gracias al desarrollo del Da Vinci Xi, un modelo de última generación que, a diferencia de los anteriores, cuenta con cuatro brazos robóticos en lugar de tres. “La movilidad que permite esto y los instrumentos que se han desarrollado nos permite hacer las cirugías digestivas que con los modelos anteriores no se podía”, indica el cirujano.