Mayores de 60 años, el grupo de población más afectado por la pandemia y su impacto en las relaciones sociales. Durante el último año ha crecido de forma significativa la demanda de servicios de cuidados a domicilio en toda España. Existe una alta valoración del apoyo recibido por familiares, allegados y cuidadores durante la pandemia
Soledad y aislamiento: enfermedades a la espera de una vacuna
En el último año ha vuelto a salir a la luz una epidemia que lleva mucho tiempo extendiéndose de forma sigilosa en la sociedad: la soledad del adulto mayor. Alrededor de 2 millones y medio de personas mayores de 65 años viven solas en España y de estas, casi un 40% se encuentra en situación de dependencia.
Los expertos coinciden en que las personas mayores no solo son las que peor han llevado el confinamiento sino las que más siguen sufriendo durante esta nueva normalidad. Aparte de su vulnerabilidad frente al virus, su equilibrio físico y emocional se sigue viendo afectado por el cierre de centros asistenciales para la tercera edad, las limitaciones en horarios y movilidad, la cancelación de actividades o las restricciones en el contacto con familiares y allegados.
Salvando las distancias a pesar de las limitaciones
Así como para muchos la pandemia ha sido sinónimo de soledad, también hay que destacar cómo para otros han supuesto la apertura de nuevos canales de comunicación. Familiares, cuidadores y personas mayores han apostado por el uso de las nuevas tecnologías como herramienta para garantizar el contacto, ofrecer compañía y proporcionar tranquilidad en los momentos complicados.
Estudios revelan que los adultos mayores que han recibido asistencia en sus hogares durante los últimos meses valoran de manera muy positiva el esfuerzo realizado por su entorno para garantizar su bienestar.
La nueva percepción de los cuidados domiciliarios
También hay que destacar en este último año repleto de cambios que la pandemia ha abierto nuevas perspectivas en el sector de la asistencia domiciliaria. Desde Cuidum, una agencia especializada en facilitar servicios para el cuidado de personas mayores en sus domicilios, se confirma un notable aumento en la demanda de este tipo de asistencia.
Este incremento se debe, por un lado, a la pérdida de confianza ante otras alternativas de cuidado frente al virus. Por otro lado, es consecuencia directa de un nuevo enfoque de los beneficios asociados a cuidar a un familiar dependiente en su propio hogar. En este sentido, la pandemia ha demostrado que este tipo de alternativas asistenciales ofrecen muchas ventajas para todas las partes implicadas: familiares, cuidadores y personas mayores a su cuidado.
Del mismo modo que en estos meses se ha puesto en valor el trabajo del personal sociosanitario, también la figura del cuidador a domicilio se ha visto reforzada con el importante papel desempeñado en los momentos más duros de esta pandemia. Empresas como Cuidum apuestan por la formación continua para afrontar las nuevas circunstancias con todas las garantías de seguridad, tranquilidad y bienestar para las personas mayores y sus familias.