Una correcta elección del material es fundamental para practicar este deporte, teniendo siempre cuenta el nivel del esquiador y la modalidad que se quiera practicar
La temporada de esquí está en marcha y una elección adecuada de los esquís es muy importante. El tipo de esquí, en función de la modalidad que se vaya a practicar, las medidas o el nivel del esquiador son algunos de los factores que hay que tener en cuenta para una correcta elección. Skitude, la comunidad de aplicaciones móviles de deportes de nieve, analiza los tipos de esquí, así como las características comunes que hay que tener presentes a la hora de elegirlos.
Radio: el origen del Carving Los esquís modernos tienen una curvatura en toda su longitud que les otorga diferentes cotas entre la espátula (parte delantera), el patín (parte central) y las colas (parte trasera). Esta curvatura otorga un radio de giro mínimo al esquí, lo que permitirá realizar los giros con mayor o menor dificultad. Al dibujar las cotas de un esquí estas crean parte de una circunferencia. El radio de giro sería la distancia al centro de la circunferencia. Cuanto más pequeño sea el radio, más rápido se realizará el giro, ya que la pronunciada curvatura del esquí permite realizar giros más cortos. Por el contrario, con un radio mayor el giro será más complicado.
Longitud Un factor muy importante que hay que tener en cuenta es la longitud del esquí ya que afecta mucho a la estabilidad. Cuanto más largo sea más estable será, pero mayor será el radio. Al contrario, cuanto más corto sea, más inestable será y menor será el radio.
Dureza La composición del material de cada una de las capas del esquí es fundamental para este punto. Los esquís están formados por capas superpuestas de diferentes materiales que le otorgarán una mayor o menor rigidez. Un esquí más rígido será más estable ya que aguantará mejor las vibraciones en función de la velocidad. Pero precisamente este factor implica una mayor técnica ya que los esquís flexan con mayor o menor dificultad. Por ello, cuanto más rígido sea, más reactivo será (más rápido volverá a su posición original) y más aguantará las torsiones, lo que los hará más estables y precisos.
Teniendo en cuenta estos factores, Skitude clasifica los esquís en función de las tres grandes categorías de este deporte:
Esquí alpino. Dentro de esta modalidad se pueden encontrar varios tipos en función del nivel del esquiador:
Debutante. Lo ideal es escoger entre 14 y 18 centímetros por debajo de la estatura del esquiador, lo que le permitirá centrarse en conseguir equilibrio y controlar el esquí más fácilmente sin inclinar el peso hacia atrás. En cuanto al tipo de esquí y la dureza/rigidez de éste hay que escoger uno de gama media-baja, de mediana dureza y precio moderado/bajo, ya que al adquirir más nivel seguramente serán necesarios unos esquís con mejores prestaciones.
Intermedio. En este caso las medidas deberían ser entre 12 y 14 centímetros menos que la estatura del esquiador. Para este nivel los esquís pueden ser un poco más rígidos y largos que los de los debutantes ya que estarán expuesto a velocidades más elevadas y pistas con más pendientes, por lo que el esquí deberá aguantar sin ceder.
Experto. En este nivel la elección del esquí varía en función del objetivo:
Realizar virajes controlados y con un radio pequeño: modelos de competición centrados en la modalidad de ‘slalom'(SL), esquís de radio corto, sobre los 14m y rígidos. Generalmente según la normativa FIS (Federación internacional de esquí) hay dos medidas estándar para los esquís de slalom: 165cm para hombres y 155cm para mujeres. Son esquís muy reactivos y técnicos, pero con un radio muy corto que permite hacer grandes giros sin necesidad de realizar un gran esfuerzo.
Realizar virajes mirando hacia la pendiente y con un radio de giro amplio: para ello hay que escoger esquís de eslalon gigante (GS), otra modalidad de competición de esquí alpino. Deben ser unos 10-15 centímetros mayores que la estatura del esquiador y tener extremada rigidez para aguantar altísimas velocidades absorbiendo las vibraciones. El radio de giro deberá oscilar entre los 20 y 30 metros. Son esquís que exigen una gran técnica y físico para hacerlos girar, al estar creados para hacer curvas más grandes, y son menos reactivos que un esquí de slalom, pero su elevado radio dificulta más el giro.
Variar entre pista y fuera pista: lo más convenientes es un esquí polivalente, más conocido como All-Mountain. El radio de giro no deberá ser superior a los 20m. Un esquí polivalente se caracteriza por no ser extremadamente duro ni blando, es decir, de mediana dureza y con un patín (parte más estrecha del esquí) entre los 85 y los 95 milímetros de anchura. Son esquís que deben medir unos 5cm menos que la estatura del esquiador y tienden a tener espátulas largas y anchas para facilitar el agarre en pista y permitirte flotar fuera pista.
Freestyle. Teniendo en cuenta que esta modalidad se caracteriza por realizar saltos y grindar barandillas en un ‘snowpark’ y ‘half pipe’, el modelo perfecto de esquí será uno con doble espátula para poder ir en ‘switch’ (hacia atrás), flexible y ligero para absorber los impactos con mayor facilidad y para obtener mayor control durante las acrobacias en el parque. El esquí deberá tener entre la misma altura y unos 5cm menos que la estatura del esquiador.
Freeride. La elección de los esquís dependerá del terreno:
Terrenos irregulares: para este caso el esquí debe absorber muy bien las vibraciones, por lo cual debe ser rígido pero también disponer de tecnología ‘rocker’ (curvatura progresiva del esquí, cóncava respecto al suelo) para traer a flote el esquí en nieve polvo. Los esquís deberán ser unos 10cm mayores que la estatura del esquiador y su patín puede oscilar de los 95mm a los 115mm.
Nieve polvo: el esquí perfecto para nieve polvo es un esquí de mediana dureza, lo cual permitirá jugar más con ellos y realizar trucos con más comodidad. Son esquís bastante anchos, entre 105 y 120 milímetros de patín o mayores y disponen de ‘rocker’ muy pronunciado en las dos espátulas. El esquí deberá tener entre 5 y 10 centímetros más que la estatura del esquiador.