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En un acto en el que Mª Jerusalen Esquiroz fue distinguida como Colegiada de Honor por sus 50 años de colegiación ininterrumpida.Varias de las homenajeadas aconsejan a las nuevas generaciones de profesionales de Enfermería "que se formen, no se duerman en los ‘laureles’ y disfruten haciendo lo que hacen, con el paciente siempre en primer lugar"

San Sebastián acogió el pasado viernes la comida organizada por el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa (COEGI) en la que se rindió homenaje a las enfermeras guipuzcoanas jubiladas a lo largo del último año coincidiendo con la reciente celebración del día de San Juan de Dios, patrón de la profesión.

En esta ocasión, fueron 33 las profesionales que recibieron la insignia del Colegio en reconocimiento a una vida profesional dedicada a velar y proteger la salud de las personas, de manos de la presidenta y vicepresidenta del COEGI, Pilar Lecuona y Gemma Estevez, respectivamente.

Asimismo, en el acto –que contó con representantes de los Colegios profesionales guipuzcoanos de Farmacéuticos, Dentistas, Veterinarios y Podólogos-, Jerusalén Esquiroz, fue designada Colegiada de Honor 2017 por sus 50 años de colegiación ininterrumpida.

Vídeo homenaje Durante la celebración, a la que asistieron más de un centenar de personas, se proyectó un emotivo vídeo en el que cuatro de las enfermeras homenajeadas, hablan sobre su experiencia en la profesión y cómo ha marcado sus vidas, además de lanzar algunos mensajes a las nuevas generaciones.

Así, Miren de la Hoz, enfermera, asegura quedarse con “todo lo bueno. Eso es lo que queda en mí de este trabajo, de esta entrega y de todas mis experiencias y vivencias durante cuarenta años. Haciendo un balance puedo decir que ha sido maravilloso, a pesar de lo que mal hemos podido pasar y de que a veces la burocracia que tenemos por encima no reconoce nuestro trabajo…”.

Miren Gurutze Irizar, subraya que “me quedo con el agradecimiento de la gente. Siempre tienes la sensación de que quizás no haces todo lo que podrías hacer, pero al final creo que es una sensación un poco falsa… Nosotras vemos a las personas en situaciones que no son las mejores y es importante que, en esos momentos, además de tu profesionalidad, habilidades y conocimientos de las técnicas tengas la habilidad de, en un momento determinado, coger del brazo al paciente y decirle tranquilo, no pasa nada, no vas a estar solo y te vamos a cuidar…”.

En el caso de Mª José Palenzuela, asegura que “a pesar de ser una profesión dura, con mucha entrega, turnos..”, se queda “con todo lo que me han aportado y enseñado mis compañeras; con lo que he aprendido de pacientes y acompañantes”. Modesta Herrero, por su parte, asegura quedarse “con todo el cariño que he podido dar y recibir a compañeros y enfermos”.

Mensajes a las nuevas generaciones: En cuanto al mensaje que estas cuatro enfermeras jubiladas lanzarían a las nuevas generaciones de la profesión, Miren de la Hoz, apuesta por “priorizar con sentido común. Y esto nos lleva al paciente, que siempre es lo primero, estemos donde estemos. Y luego viene lo demás”.

Mª José Palenzuela anima a los jóvenes a formarse: “que salgan fuera, aprendan, vean otras culturas y maneras de trabajar en otros lugares y luego elijan. Son jóvenes y tienen todo el tiempo del mundo”.

La colegiada de honor, Mª Jerusalen Esquiroz les aconseja, desde la experiencia en la profesión y en la vida, “no dormirse en los laureles. La mayoría de las cosas que nos pasan nos pasan porque queremos, porque nos dejamos. Hay que luchar dentro de orden”.

Modesta Herrero concluye con un mensaje claro: “que disfruten haciendo lo que hacen, porque entonces harán un buen trabajo de enfermería”.//