Muchas personas, que estén leyendo estas palabras, sabrán de primera mano lo que significa en sus vidas un diagnóstico de cáncer. Seguramente se habrán hecho muchas preguntas. Y no sólo sobre ese nuevo nombre casi incomprensible con el que han clasificado a su enfermedad, sino sobre su futuro, cómo se vivirá en la familia, y qué va a pasar con su trabajo. En la Asociación Española Contra el Cáncer (aecc) llevamos 60 años intentando dar respuesta a muchas de esas preguntas.
Cada año se diagnostican en nuestro país 215.534i nuevos casos. Desde el punto de vista puramente médico, los pacientes oncológicos están atendidos en España por uno de los mejores sistemas de salud del mundo y los tratamientos que reciben nada tienen que envidiar a los que se realizan en otros países desarrollados. Pero el paciente con cáncer tiene, además, otras necesidades que van más allá de la estrictamente sanitaria. El diagnóstico tiene repercusiones en todas las esferas de la vida de la persona con cáncer (familiar, social, laboral, económico, emocional, psicológico y espiritual), y a todas ellas hay que dar una respuesta inmediata y profesional desde el primer momento del diagnóstico. Y antes. Desde el momento mismo en que hay una sospecha.
Pero ¿están cubiertas todas estas necesidades? En estos momentos, la aecc da una respuesta muy concreta a través de un programa diseñado para las personas recién diagnosticadas de cáncer. Es el Programa Primer Impacto, que provee una atención integral, profesional, rápida, gratuita y adaptada a las necesidades reales del paciente y familiar: orientación e información sanitaria, apoyo psicológico, y atención social. Y acompañamiento, realizado por miles de personas voluntarias en hospitales, domicilios, y residencias. Por todo ello decimos: “Si crees que estás solo ante el cáncer, no nos conoces”.
Está demostrado que apoyar, acompañar y atender de forma adecuada en estos primeros momentos es clave para afrontar de la mejor manera el proceso de la enfermedad y los tratamientos. Y además previene males mayores. Y ahorra costes.
La coyuntura actual afecta también a los pacientes y familiares, y mucho. En los últimos tres años han aumentado en un 52% las demandas sociales a la Asociación Española Contra el Cáncer. Personas que se han quedado sin trabajo, o que necesitan alojamiento, o que no tienen para pagar desplazamientos al hospital o para pagar medicamentos, con el consiguiente riesgo de abandono del tratamiento. O bien, quien estando en cuidados paliativos, se le demora más de dos años el subsidio a percibir.
Es en tiempos de dificultades económicas cuando más debemos velar por el bienestar de los más vulnerables. Es una obligación que debe prevalecer por encima de cualquier tipo de interés y que recae en todos nosotros como parte activa de una sociedad justa,comprometida y moderna. Si no somos capaces de responder a esta realidad, es que hemos fracasado como seres humanos y como sociedad.
Desde estas líneas quisiera poner en valor la labor que realizamos desde las entidades sociales, reflejo de una sociedad civil viva y activa, que quiere ser protagonista de sus días, y que busca mejorar la vida de las personas. Para que esta labor llegue a quien lo necesita, es clave que la información, coordinación y acceso a todos los recursos ofrecidos, sea fácil. Formar parte de un sistema integrador que gire alrededor de los pacientes, y no al revés, como ocurre tan a menudo. Hay mucha gente que se encuentra con serias dificultades a la hora de saber quién le puede ayudar e incluso si puede ser ayudado. Este enfoque de atención humana, “infopsicosocial” es clave para la calidad del sistema sanitario, y además, aporta esa calidez tan necesaria y sanadora en el mundo de hoy.