El etiquetado de alimentos es una materia muy importante, debido a que se trata de una cuestión de salud pública. De esta forma, tras algunos escándalos surgidos, la Unión Europea está estudiando en estos momentos la posibilidad de obligar a los productores a incluir etiquetas que identifiquen el origen de la carne que se utiliza como ingrediente en otros productos.

El etiquetado de alimentos es una materia muy importante, debido a que se trata de una cuestión de salud pública. De esta forma, tras algunos escándalos surgidos, la Unión Europea está estudiando en estos momentos la posibilidad de obligar a los productores a incluir etiquetas que identifiquen el origen de la carne que se utiliza como ingrediente en otros productos.

Será más adelante cuando desde Bruselas se decida si se tomarán medidas legislativas a este respecto, ya que por ahora solo ha realizado un estudio, que muestra que el 90% de los ciudadanos europeos estarían a favor de esta medida. Aunque el porcentaje aportado varía según el Estado. Para la elaboración de este informe, realizado por expertos independientes, se ha realizado una amplia consulta y se ha tenido en consideración la opinión no solo de los consumidores sino también la de autoridades competentes en la materia y la de la industria alimentaria.

Este estudio contempla las ventajas e inconvenientes que tendría la adopción de la medida y las repercusiones que tendría en el mercado interior y en las exportaciones a otros países no pertenecientes a la Unión Europea. Se señala en un informe, que los ciudadanos tienen interés por conocer el origen de la carne de los productos que consumen, pero que no es un factor determinante para la compra. De esta forma, también se especifica en este documento que las propiedades decisivas son el precio y la calidad, por ello, un 80% de los ciudadanos europeos rechazaría la medida si este nuevo etiquetado hiciera incrementar el precio en un 10%.

Así pues, se están estudiando la adopción de tres posibilidades. La primera, mantener como hasta ahora un etiquetado voluntario que indique la procedencia comunitaria o no de la carne; la segunda es obligar a los productores a que realicen este etiquetado; y la tercera, que es especificar el país de origen, no sólo si es de la Unión Europea o no.

Este estudio solo se refiere a la carne utilizada para hacer otros preparados, ya que en el año 2015 el etiquetado de la carne de ternera, cerdo, ave y cabra debe especificar el país o los países donde se ha criado y sacrificado el animal, con independencia de si se trata de un producto fresco, refrigerado o congelado. Así pues, mediante el Reglamento no. 1337/2013 se establece esta obligatoriedad y otros requisitos como la consideración del peso y la edad del animal.

El etiquetado de los alimentos es un asunto muy importante para la salud pública, ya que es la principal herramienta de comunicación entre el productor y el consumidor. Por este motivo, las autoridades competentes en la materia están regulando de forma cada vez más estricta la información que se le proporciona al cliente final para que cuente con toda la información básica que sea de su interés.

Con estas medidas se pretende evitar escándalos como el de las vacas locas o la carne de caballo, caso reciente, por el que carne de este animal no apta para el consumo llegó a diferentes productos precocinados (como lasañas y albóndigas) que se distribuyeron por toda Europa.