El pasado 13 de noviembre, el estudio de arquitectura Gensler presentó al público su proyecto ‘Britannia Airport’, un ‘ambicioso’ plan de construcción de tres terminales futuristas en tierra firme y cuatro pistas sobre el agua, en el estuario del Támesis.

La presentación tuvo lugar horas antes de la primera reunión del Comité Parlamentario Independiente encargado de estudiar las posibilidades de ampliación de la oferta aeroportuaria en Reino Unido. Está previsto que dicha Comisión emita un informe preliminar al respecto a finales de año así como un dossier definitivo en 2015.

 

Gran Bretaña necesita ampliar sus infraestructuras aeroportuarias. Las opciones que se barajan van desde la construcción de un nuevo aeropuerto –alternativa de la cual es partidario el alcalde londinense, Boris Johnson- hasta la ampliación de la capacidad de alguno de los complejos de la capital, añadiéndoles pistas adicionales.

 

Esta última propuesta, centrada en la edificación de una nueva pista en Heathrow, aeropuerto participado al 33% por la española Ferrovial, cuenta con el apoyo del primer ministro británico, David Cameron. En la actualidad, sus instalaciones reciben el volumen de tráfico aéreo más elevado de Reino Unido (70 millones de pasajeros al año, aproximadamente).