En la actualidad, y debido al uso, en muchos casos abusivos, que hacemos de las tecnologías: más de 8 horas de ordenador, videojuegos, dispositivos móviles… cada día son más los pacientes que acuden al oftalmólogo con síntomas como picor de ojos, enrojecimiento, sequedad o fatiga visual. Es lo que se conoce como síndrome de la pantalla de visualización o síndrome del ordenador.

En la actualidad, y debido al uso, en muchos casos abusivos,  que hacemos de las tecnologías: más de 8 horas de ordenador, videojuegos, dispositivos móviles… cada día son más los pacientes que acuden al oftalmólogo con síntomas como picor de ojos, enrojecimiento, sequedad o fatiga visual. Es lo que se conoce como síndrome de la pantalla de visualización o síndrome del ordenador.

De hecho, según estudios realizados sobre este tema, determinan que entre el 64% y el 90% de los usuarios de ordenador se quejan de picor e irritación de ojos, sin saber que en realidad sufren de ojo seco. Aunque no somos conscientes, durante el tiempo que invertimos en cada parpadeo, perdemos 0,4 segundos de flujo visual. Por esta razón y de forma totalmente inconscientemente, cuando jugamos con videojuegos, navegamos por Internet o hacemos un uso prolongado de dispositivos informáticos,  no parpadeamos para no perder nada de información. Por ello, con nuestra actitud, potenciamos lo que conocemos popularmente como del ojo seco.

Se trata de una alteración ocular que se produce por falta de producción de lágrimas o por una lágrima de poca calidad que se evapora rápidamente, cuya causa principal es la poca frecuencia y calidad de parpadeo. El ojo humano necesita parpadear para lubricar su superficie con la lágrima producida en las glándulas lagrimales. No obstante, al fijar la visión en algo durante mucho tiempo como puede ser al usar un ordenador, disminuimos la frecuencia de parpadeo, aumentando con ello la evaporación de la lágrima. En este sentido, para evitar sufrir de ojo seco deberíamos parpadear, como mínimo, 15 veces por minuto, pero en usuarios de ordenador esta frecuencia puede bajar a cinco por minuto.

Sus síntomas más característicos son sequedad, enrojecimiento, fotofobia (molestia ante la luz) y fatiga visual. Dichos síntomas empeoran en casos de falta de sueño y uso incorrecto de lentes de contacto, pues favorecen la irritación ocular, haciendo que el ojo sea más susceptible a sufrir cualquier infección o patología.

Si padecemos estos síntomas, lo ideal es acudir a una clínica oftalmológica para que un especialista nos haga un examen y diagnóstico de la situación. No obstante, y como norma general, si vamos realizar exposiciones prolongadas a dispositivos informáticos, podemos seguir una serie de pautas que nos ayudarán, en caso de sufrir esta patología, a prevenir o, al menos, aminorar, las molestias derivadas del ‘síndrome del ordenador’.

En este sentido, los especialistas recomiendan hacer 20 parpadeos completos cada tres horas de trabajo; tener una buena iluminación de la estancia, evitando reflejos; parpadear con frecuencia para mantener el ojo lubricado; mantener la pantalla del dispositivo electrónico a una buena distancia, así como mantener una buena postura tanto de la espalda como del cuello, para evitar así, otras molestias o patologías.