Reserva Ibérica propone disfrutar de las diferencias entre los mejores jamones ibéricos de bellota de Guijuelo, Extremadura y Jabugo con un original pack para realizar catas en casa
Es posible comparar los mejores jamones ibéricos como quien degusta diferentes vinos o prueba quesos de distintas regiones. Los especialistas en jamón de Reserva Ibérica han diseñado un pack para celebrar catas en casa, una experiencia inolvidable para regalar o para disfrutar en privado. De cualquier modo, se trata de una idea muy original para que los amantes del jamón ibérico aprendan a disfrutar de las diferentes Denominaciones de Origen, a compararlas y a reconocerlas.
El Pack Premium de Reserva Ibérica consta de tres jamones puros de bellota y uno de recebo. Los primeros provienen de cerdos cuya alimentación ha consistido únicamente en bellotas y se han criado en pastos frescos. En cambio, el jamón de recebo se obtiene de un animal cuya alimentación ha sido suplementada en mayor o menor medida con piensos. Todos de primerísima calidad, los jamones que Reserva Ibérica selecciona para su cata son cortados a cuchillo por los maestros cortadores. Proceden de tres zonas de la dehesa ibérica con climatologías bien distintas: D.O. Guijuelo (Salamanca), D.O. Dehesa de Extremadura y Jabugo (Huelva).
Comparándolos podremos reconocer como la climatología y el entorno de crianza del cerdo ibérico y del secado del jamón influyen en la intensidad y su sabor final.
El ritual de la cata
El Pack Premium está dirigido a todos los apasionados del jamón que quieran aprender los secretos de este exquisito producto e iniciarse en la “cultura del jamón ibérico” Es por ello que la caja de Reserva Ibérica incluye unas sencillas indicaciones para orientarnos en el ritual de la cata.
Antes de abrir los sobres al vacío, se recomienda sumergirlos en agua tibia durante unos segundos. La temperatura hará que al abrir el paquete los aromas se liberen con más facilidad y los pequeños trozos se separen mejor para servir en el plato.
Para seguir las pautas correctamente es necesario tener bien claro que probaremos el jamón sólo, sin acompañamiento, disfrutando de todo su sabor. Se recomienda probar primero el jamón de recebo para seguir por los de bellota, recorriendo la zona de dehesa de norte a sur, es decir, primero del de D.O. Guijuelo, luego de de Dehesa de Extremadura y finalmente el de Jabugo.
El sabor persiste en la boca
Para apreciar los diferentes matices mantendremos el jamón un par de segundos en la boca. Así percibiremos que el jamón de recebo es sabroso, pero su persistencia en boca es menor al de bellota y su grasa tiene menor facilidad de fusión. En el de bellota se percibe una mayor complejidad de sabor, más intensidad, mayor jugosidad de la grasa, notas dulces y el sabor llena la boca durante más tiempo.
Por denominaciones de origen, con la cata podremos notar que el jamón de Guijuelo es generoso en sabor, pero a la vez suave y con notas dulces. A medida que bajamos hacia el sur, en las zonas de la D.O. Dehesa de Extremadura y Jabugo, el clima se hace más caluroso y las piezas sudan antes en los secaderos. Esto se traduce en piezas más sápidas e intensas, en las que predominan más las notas tostadas.
Maridaje: el falso mito sobre el vino tinto
Una vez se aprecian los diferentes jamones, según las instrucciones del Pack Premium de Reserva Ibérica, es la hora de elegir el acompañamiento. Debe realizarse también poco a poco para comparar cómo cambia el sabor del jamón según el maridaje.
Sorprendentemente, el vino no resulta el mejor acompañamiento para el jamón ibérico ya que produce una reacción en la boca que anula algunos de los matices del jamón. Por ello resulta muy interesante probarlo primero con cava y después con fino para terminar constatando que no siempre el vino es la elección más acertada.
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