A pesar de que el perfil nutricional de los menús escolares ha mejorado mucho en los últimos años, hay padres que desearían una alimentación más saludable para sus hijos. También, son cada vez más los niños con intolerancias o alergias alimentarias que no pueden comer el menú estándar o bien excluyen de su dieta ciertos alimentos por cuestiones religiosas, culturales o familiares. En cualquiera de estos casos, ¿qué derechos tienen los padres y qué pueden exigir al centro escolar?
Cada vez más niños toman su comida principal, el almuerzo, en su centro escolar. Principalmente, porque las jornadas laborales de los padres suelen ser incompatibles con las horas de comer de los escolares. Así que es lógico que los progenitores se pregunten qué obligaciones tiene el comedor escolar y cuáles son los derechos de los menores en cuanto a su alimentación durante el horario lectivo.
Al mismo tiempo, hoy en día se es más consciente de que la educación en hábitos saludables, entre ellos la alimentación, no solo pasa por la familia, sino también por los demás agentes implicados. En ese sentido, el colegio tiene un papel clave en el fomento de una dieta saludable y equilibrada. A pesar de ello, algunos padres temen que no se estén dedicando los esfuerzos suficientes para conseguirlo.
Asimismo, son cada vez más los niños con intolerancias o alergias alimentarias que deben seguir un régimen estricto para no poner en riesgo su salud y que, por tanto, necesitan una atención especial por lo que respecta a la comida. Pero, ¿pueden los padres estar tranquilos en ese sentido?
Miriam Montero, abogada de ARAG, compañía de Defensa Jurídica, resuelve todas estas cuestiones y dudas acerca de los comedores escolares.
Comedores escolares saludables En un contexto marcado por la creciente incidencia de obesidad infantil, parece lógica la preocupación de los padres por la dieta de sus hijos en el colegio. Aún así, por norma general, pueden estar tranquilos.
A pesar de que siempre hay margen de mejora, lo cierto es que ha habido un avance significativo, en los últimos años, en cuanto al esfuerzo de los centros escolares por ofrecer menús de mayor calidad nutricional.
En ese sentido, hay que saber que “la propia ley de seguridad alimentaria española establece que las autoridades educativas deben transmitir a los alumnos los conocimientos adecuados para que ellos sean capaces de elegir correctamente los alimentos, así como las cantidades adecuadas para una dieta saludable”, explica Miriam Montero, abogada de ARAG. Así pues, “las autoridades competentes deben velar para que las comidas servidas en escuelas infantiles y centros escolares sean variadas, equilibradas y estén adaptadas a las necesidades nutricionales de cada grupo de edad. A su vez, estas deben ser supervisadas por profesionales con formación acreditada en nutrición humana y dietética”, asegura la abogada.
Paralelamente, los colegios deben proporcionar a las familias, tutores o responsables de los niños la programación mensual de los menús de la forma más clara y detallada posible. De este modo, los cuidadores sabrán cuál ha sido el menú del mediodía y podrán ofrecer a los pequeños una cena que sea complementaria.
Intolerancias y alergias alimentarias Celíacos, intolerantes a la lactosa, alérgicos a los frutos secos, al pescado, al huevo etc. ¿Qué pasa con aquellos niños que tienen algún tipo de intolerancia o alergia alimentaria? ¿Pueden estar tranquilos los padres dejando que sus hijos coman en el colegio?
Lo cierto es que, “siempre que las instalaciones y las condiciones de organización lo permitan, las escuelas infantiles y los centros escolares elaborarán menús especiales adaptados a estas alergias o intolerancias”, afirma Montero. Sin embargo, será necesario que estas afecciones estén diagnosticadas por especialistas y acreditadas con su correspondiente certificado médico, además de tener que informar al colegio por escrito.
En caso de que las escuelas no cuenten con los recursos para poder elaborar estos menús alternativos o bien el coste adicional resultara inasumible, se deberán facilitar al alumno medidas de refrigeración y calentamiento adecuado para la comida que lleve de casa.