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27 de mayo, Día Nacional del Celíaco - Se estima que alrededor de 6.000 guipuzcoanos no saben que son celíacos y que en España la enfermedad afecta a un 1% de la población, unas 500.000 personas

“El pilar del tratamiento es una dieta libre de gluten, que debe ser estricta y de por vida, además de hacer un seguimiento analítico”, María Navajas, especialista del Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa en Eibar. Según publica la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), la demanda mundial de productos sin gluten aumentará un 5% anual hasta 2021.

El próximo viernes, 27 de mayo, se celebra el Día Nacional del Celíaco. Una enfermedad que ha dado grandes pasos en sus niveles de conocimiento y concienciación, aunque el diagnóstico sigue siendo su principal caballo de batalla. Se calcula que en Gipuzkoa hay alrededor de 6.000 personas que no saben que son celíacos.

Ha sido una enfermedad infradiagnosticada. Hacia los años 50, la enfermedad se diagnosticaba con los síntomas típicos (diarrea, malabsorción  etc, los síntomas llamados clásicos –explica María Navajas, especialista en el aparato digestivo-, a medida que la tecnología ha ido avanzando y gracias a diferentes análisis más sofisticados, se ha visto que hay más ‘celíacos’ de lo que se creía, así que esta enfermedad no es que haya aumentado, sino que se diagnostican más, porque antes sus síntomas eran etiquetados como otras patologías”.

La sintomatología, en palabras de María Navajas, “es muy variada, lo más normal y mal llamado clásico es la diarrea crónica, (hinchazón abdominal, dolor abdominal, retraso de crecimiento en los niños, anemia, transaminasas elevadas, en algunos casos hay que sospecharlo en estudios de infertilidad o abortos de repetición, alguna enfermedad dermatológica e incluso alguna del corazón que hacen que los médicos ‘pensemos en ello’ y lo tengamos que descartar haciendo unas pruebas especificas”. La especialista asegura además que, “en caso de tener síntomas, el médico lo debería descartar mediante analíticas y si la sospecha es muy alta, se diagnosticaría con una gastroscopia y toma de biopsias en el duodeno”.

En caso de confirmarse que se padece una enfermedad celiaca, “el pilar del tratamiento es una dieta libre de gluten, que debe ser estricta y de por vida, además de hacer un seguimiento analítico –asegura la especialista del aparato digestivo-, se suele insistir mucho en el cumplimiento de la dieta ya que si no se cumple, puede haber problemas serios”. “Se están estudiando nuevos tratamientos, pero una dieta sin gluten es básico sin duda”, subraya María Navajas.

Son pacientes que tienen que cocinar con sus propios utensilios, no vale limpiar concienzudamente, y tienen que tener mucho cuidado con lo que comen. Por lo general, suelen ser conscientes y leen todos los prospectos e información de los alimentos”, explica María Navajas, quien añade, “hay personas que en consulta te comentan que el gluten les sienta mal, y no tienen una enfermedad celiaca. Mi consejo es que si el paciente se siente mejor sin tomar gluten, no hay problema, pero mi experiencia en la mayoría de los casos en los que es una elección y no una necesidad, se aburren al tiempo y vuelven a una dieta normal”.

“La gente cada vez está más concienciada”, afirma María Navajas. “Gracias a las nuevas tecnologías y estudios se diagnostican más pacientes y se ha reducido ese gran grupo de personas sin diagnosticar, aunque siguen siendo un número importante. Además, existen más asociaciones, restaurantes y mayor acceso y más barato a alimentación sin gluten, a pesar de estos avances todavía hay muchas cosas por hacer y sobre todo mejorar en los precios, más accesibilidad, más restaurantes especializado, etc, ya que hoy en día ser celiaco sigue siendo muy caro”, concluye María Navajas.