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El 54% de las parejas abandonan su tratamiento de fertilización in vitro por no haber recibido la atención psicológica adecuada.

Una investigación que ha sido realizada recientemente en Suecia señala que el estrés y la ansiedad están vinculadas con una tasa menor de embarazo en los tratamientos de fertilización in vitro (FIV). Aún así, no se llegan a considerar factores únicos de riesgo.

Según un estudio que ha sido publicado en la revista Fertilidad y Esterilidad, estas emociones se asocian con una menor tasa de embarazo en los procesos de fertilización in vitro. Más de 23.000 mujeres han participado en una de las investigaciones de mayor envergadura que se ha realizado hasta ahora sobre este asunto. Los científicos del Instituto Karolinska de Suecia, utilizaron datos anónimos extraídos del Registro de Reproducción Asistida sobre todos los procedimientos de fecundación in vitro realizados en el país desde el año 2007.

“Las mujeres sometidas a su primer tratamiento de fecundación in vitro que habían sido diagnosticadas con depresión o ansiedad, tenían tasas más bajas de embarazo y de recién nacidos vivos en comparación con las mujeres que no presentaban este perfil", señala uno de los autores del estudio.

El impacto psicológico de la infertilidad es una realidad Cuando algo tan natural como concebir una vida no es posible, se produce una combinación de emociones negativas. El aislamiento, el sentimiento de culpa o la baja autoestima alteran el día a día de las parejas que habían decidido ser padres. Esta realidad se acentúa aún más si se repiten los fallos en los ciclos de tratamiento.

Enfrentarse a esta nueva situación desde todos los ámbitos, incluso el psicológico, es clave. En este sentido, las clínicas de reproducción asistida se adaptan a las necesidades de sus pacientes y amplían el enfoque de sus tratamientos. Cuánto más amplio e íntegro, mejor. Es el caso del Institut Català de Fertilitat (Fertilab), que decidió apostar por la figura del psicólogo, un profesional que tiene cada vez más protagonismo en su equipo médico. El objetivo de los estudios psicológicos es prevenir las dificultades que surgen durante los procesos de fertilidad.

Desde la primera consulta, se diseña un tratamiento personalizado para detectar las debilidades y encontrar las herramientas adecuadas para gestionar los factores estresantes. También se revisan los recursos adaptativos de cada persona y se ofrece apoyo en la toma de decisiones. En definitiva, el psicólogo actúa como mediador entre el médico y el paciente para que éste pueda vivir el proceso de una manera más sana y adaptativa.

Es frecuente que los tratamientos se alarguen durante un tiempo así que de lo que se trata es de reducir el grado o la intensidad en la ansiedad de ambos miembros de la pareja. El objetivo es evitar que los procedimientos se abandonen por la propia carga emocional, una situación que se produce con demasiada frecuencia. Por eso, la participación de los profesionales de la salud mental, además de la del equipo de medicina reproductiva, es necesaria tal y como apunta el estudio. Solo si se trabaja desde este enfoque, las técnicas de reproducción asistida como la fertilización in vitro seguirán siendo una esperanza.

Fertilab es uno de los centros de reproducción asistida más destacados de Barcelona y reconocido internacionalmente. Día a día, trabajan con las técnicas más innovadoras y con un equipo multidisciplinar para afrontar cada caso de forma individual. Ofrecen una amplia variedad de tratamientos, desde los más básicos hasta los más sofisticados.  Desde que abriera sus puertas, en el año 1996, el 85% de las parejas han visto cumplido su sueño: tener un hijo.