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Un informe realizado por la consultora Metyis alerta de los riesgos sociales, económicos y energéticos que podrían suceder en caso de que al final se proceda al cese total de la actividad en la central nuclear de Almaraz

Octubre de 2025 comenzó como el mes en el que la central nuclear de Almaraz tenía previsto materializar su cierre después de más de 40 años de actividad, siendo en 1981 cuando comenzó el servicio comercial de su Unidad I.

En caso de seguir el calendario establecido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), se haría en un proceso paulatino, comenzando con el apagado de la Unidad I en noviembre de 2027. De esta manera, el cese total de la actividad se podría producir en 2028.

Pero hay datos que desaconsejan llevarlo a cabo, como los obtenidos en el estudio realizado por la consultora Metyis. A través de una metodología mixta, combinando fuentes cuantitativas y cualitativas, han podido realizar una imagen integral del impacto que un cierre inminente de la central nuclear de Almaraz puede tener a nivel local, autonómico y nacional.

Como punto de partida, el informe resalta unos datos clave sobre la central nuclear, relacionados con su producción anual y la contribución de la misma al sistema eléctrico nacional. 

Por un lado, destaca que según los últimos registros de los que se dispone, la generación anual de la central se sitúa en torno a los 16.927GWh. Esto traducido a un lenguaje accesible para todos quiere decir que la central produce electricidad suficiente para abastecer alrededor de 4 millones de hogares en España.

Por otro lado, la contribución que realiza al sistema eléctrico nacional es fundamental. Almaraz desempeña un papel estratégico en la estabilidad del sistema eléctrico español, cubriendo sobre el 7 % de la demanda eléctrica nacional.  

En las 71 páginas de las que consta el informe, se desglosan los efectos que el cierre de la central nuclear puede conllevar en tres sectores determinantes: el económico, el social y el energético.  

Impacto económico, social y energético del cierre de Almaraz Aunque los principales damnificados serán los extremeños, el cese de la actividad de la central nuclear tendrá efectos negativos a nivel nacional, decisivos para el futuro de la población y la energía en España.

Estos son algunos de los datos más relevantes del informe de la consultora Metyis imprescindibles para tener en cuenta, si finalmente se produce el cierre de la central nuclear de Almaraz. 

En lo referente a la economía, el cierre de la central podría tener un impacto de 829 millones de euros de pérdidas anuales. Además, la central de Almaraz contribuye a 435 millones de euros anuales en tasas y tributos. También, la central nuclear genera más del 5 % del PIB regional.

Por otro lado, en el plano social, el cierre de la central de Almaraz supondría la pérdida del principal generador de empleo de la comarca, unos puestos de trabajo que se caracterizan por su calidad. En este sentido, se trata de 3.800 empleos directos. Además, en torno a 500 empresas de servicios y suministradores que dependen de la actividad de la central nuclear también se verían afectadas. 

En el plano energético, la central nuclear de Almaraz produce el 7 % de la demanda eléctrica en España. Su cierre aumentaría la dependencia energética de terceros. El cese de su actividad también tendría un impacto ambiental, ya que la central evita la emisión de más de 3 millones de toneladas de CO2 anuales.

"Todo ello conllevaría otra consecuencia clave: la menor disponibilidad de energía estable podría elevar los costes de generación, especialmente en los momentos de baja producción renovable", afirma la consultora, "repercutiendo en la factura eléctrica del consumidor. En conclusión, llevar a cabo el cierre de Almaraz puede hacer que la factura de electricidad sea más cara".

El cierre de Almaraz en debate ante el riesgo a un nuevo apagón La situación del sistema eléctrico español no se encuentra en su mejor momento, siendo evidentes las dificultades que presenta para hacer frente a un nuevo apagón.

Desde Red Eléctrica han detectado variaciones de tensión, comunicado que ha hecho necesaria la intervención de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia para establecer unas medidas urgentes, poniendo en evidencia la incapacidad para hacer frente a un incidente como el acontecido en abril de 2025 en España, por el que se dejó al país sin luz. Así, estas medidas de refuerzo ponen de manifiesto el consecuente sobrecoste por un mayor uso de gas.

En este contexto, según expertos en el sector como la Agencia Internacional de Energía (AIE), se hace crucial una mayor disponibilidad de centrales combinadas. Además de la necesidad de que las centrales nucleares, igual que las de carbón, hidráulicas o de bombeo, tengan que estar en alerta permanente para ser capaces de absorber la electricidad de la red.

De este modo, desde el sector nuclear consideran que "comenzar a prescindir de la potencia instalada de este tipo de energía es precipitado. De hecho, la actividad de la central de Almaraz es considerada esencial para asegurar la estabilidad del sistema eléctrico".

Por otra parte, además, la Agencia Internacional de la Energía señala que España se alejaría con esta decisión de la tendencia mundial de apuesta por las tecnologías nucleares. En este momento, están en funcionamiento más de 400 reactores repartidos en 31 países, encargándose de generar cerca del 10 % de la electricidad global.

Si se pone el foco más cerca de casa, en Europa, países como Francia, Reino Unido o Polonia dejan clara su posición ante la energía nuclear, presente en sus planes energéticos de futuro. Por otro lado, Alemania, que en el pasado había cerrado sus reactores nucleares, ha anunciado un primer programa estatal de construcción de un reactor de fusión.