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Expertos abordan cuestiones como la normalización, la formación y las soluciones financieras, temas claves para asegurar el futuro de un modelo constructivo que gana presencia en España

Después del éxito de la primera edición, la Asociación Española de Construcción Industrializada (AECI) celebró el pasado 30 de octubre el II Foro de Construcción Industrializada. Un encuentro que reunió en Madrid a expertos, académicos y profesionales para debatir sobre los retos y oportunidades que enfrenta la industria en su transición hacia un modelo más eficiente y sostenible. En concreto, en esta segunda edición, se abordaron tres temas clave para el futuro del sector: la normalización; la formación en nuevas herramientas digitales como BIM (Building Information Modeling) y el desarrollo de talento; y la financiación. El creciente interés por la construcción industrializada está transformando la forma en la que se edifica, y estos pilares son esenciales para asegurar su implementación efectiva y sostenible.

El Foro de Construcción Industrializada 2024, que se celebró en el Instituto Eduardo Torroja de Ciencias de la Construcción, contó con tres mesas redondas y cinco casos de éxito en torno a las tres temáticas principales. Siguiendo esta línea, en el primer debate varios expertos pusieron en valor la importancia de normalizar este modelo constructivo para garantizar su calidad, seguridad y eficiencia. Los profesionales apostaron por unificar criterios técnicos, materiales y procesos con el objetivo de reducir errores y costos y acelerar los tiempos de ejecución.

Otro de los temas que se abordaron durante el encuentro fue la necesidad de actualizar y diversificar los perfiles profesionales en la construcción industrializada. Así, cuatro expertos en la materia analizaron la oferta formativa actual y discutieron sobre las estrategias necesarias para diseñar programas de formación que respondan a las demandas cambiantes del mercado. La última mesa redonda giró en torno a los modelos de financiación innovadores y profesionales del sector financiero abordaron los retos actuales y como se está avanzando desde distintas entidades involucradas en el cambio.

Pero ¿en qué consiste la construcción industrializada? Se trata un sistema constructivo que combina técnicas y procesos innovadores, como la tecnología BIM, con criterios de sostenibilidad. Este modelo requiere que los proyectos sean concebidos como tal desde el inicio por todos los agentes que participan en el proceso. Y es que los componentes estructurales del edificio no se construyen in situ, sino que se fabrican en talleres para luego transportarlos a su ubicación final para su ensamblaje. No hay espacio para la improvisación, ya que todo debe haberse pensado, solucionado y diseñado antes de la fabricación. Y es aquí donde BIM juega un papel relevante, al facilitar la comunicación y el trabajo de los diferentes agentes implicados. "BIM permite centralizar toda la información de un proyecto (geométrica, documental, etcétera) en un modelo digital desarrollado por todos los agentes que intervienen", afirma Borja Sánchez Ortega, Director de Proyectos y Director del máster BIM en ingeniería civil de la consultora Espacio BIM (www.espaciobim.com).

Esta alianza entre BIM y el sector de la construcción posibilita unos procesos de diseño y de producción más controlados y automatizados, lo que a su vez redunda en un mayor control del gasto y del tiempo. Asimismo, este sistema resulta más sostenible, ya que reduce el consumo de agua y energía y la generación de residuos. Un sinfín de ventajas que hace que cada vez sean más los estudios de arquitectura y constructoras españolas que apuestan por construir casas industrializadas.

De hecho, durante el transcurso de la segunda edición del Foro de Construcción Industrializada se dieron a conocer experiencias en las que quedaron patentes las bondades de este sistema constructivo. Por ejemplo, Marc Obradó, socio director de Exe Arquitectura, presentó el Edificio Marroc, vivienda social impulsada por el Institut Municipal d’Habitatge de Barcelona (IMHAB). Un ejemplo que demuestra que la industrialización de la arquitectura es la clave para mejorar no solo en términos de productividad, sino también en el impacto medioambiental que generamos.