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La iniciativa contempla la instalación de un desfibrilador semiautomático náutico en un maletín de protección en 40 barcos pesqueros y en las cofradías. La instalación de desfibriladores en los barcos ofrece una seguridad añadida a sus tripulaciones ya que en campañas como la del Bonito, se adentran en alta mar y, en caso de emergencia, los buques medicalizados de apoyo pueden tardar en llegar entre 15 y 30 minutos

La Organización de Productores de Pesca de Bajura de Bizkaia (OPESCAYA) ha contratado a Almas Industries B+Safe la cardioprotección de su flota. El contrato contempla la instalación de un desfibrilador semi-automático náutico en un maletín de protección en 40 barcos pesqueros y en las cofradías, instalados en su vitrina.

La iniciativa se enmarca en los objetivos de OPESCAYA, constituida en 1986 para adoptar las medidas necesarias para asegurar el ejercicio racional de la pesca y la mejora de las condiciones de venta de su producción, en el ámbito territorial histórico de Bizkaia. En este sentido, su flota asociada realiza una pesca artesanal y sostenible, que proporciona al consumidor productos de origen local con altísima frescura y calidad.

Gracias a estos desfibriladores, los barcos ofrecen una seguridad añadida a sus tripulaciones ya que en campañas como la del Bonito, se adentran en alta mar y, en caso de emergencia, los buques medicalizados de apoyo pueden tardar en llegar entre 15 y 30 minutos.

“Para nosotros -explica Aurelio Bilbao, director de OPESCAYA -los buques de apoyo del Instituto Social de la Marina son cruciales en las emergencias en la mar y estamos muy agradecidos de tener siempre dos de ellos cercanos a las flotas, pero, al disponer de un gran número de barcos, debemos tener todos los medios a nuestro alcance para dar respuesta a cualquier tipo de emergencias”. Los barcos disponen de un botiquín muy completo que no incluye el desfibrilador. “Sabemos que los desfibriladores semiautomáticos son muy sencillos de usar, y con ellos podemos salvar vidas que, de otro modo y a tanta distancia de tierra, lo más probable es que no se pudiera”.

Entre todos los barcos podremos cardioproteger a 130 personas, a las que se pueden añadir las tripulaciones de otros barcos cercanos, pudiéndoles asistir con estos equipos. Los desfibriladores van en maletines especiales diseñados para su uso en el barco y se colocarán en los puntos que permitan mayor accesibilidad en caso de necesidad. Además de su suministro e instalación, B+Safe formará en su uso y en técnicas de Resucitación Cardio Pulmonar (RCP) y Soporte Vital Básico (SVB) y uso del desfibrilador a, al menos, dos personas por barco.

Según Aurelio Bilbao, este instrumento puede ser vital para la salud de los tripulantes, por lo que todos los barcos deberían reflexionar sobre la autoinstalación de un desfibrilador a bordo.