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Actualmente hay cada vez más personas que consideran el aire comprimido como una nueva energía, comparable a la eléctrica, fósil y eólica. El aire comprimido es una herramienta que puede ser muy útil para una gran cantidad de trabajos

Un compresor de aire es una máquina eléctrica cuyo funcionamiento consiste en un incremento de la presión del fluido que lleva: ya sea aire, liquido, gaseoso o vapor y es una herramienta que, a día de hoy, es cada vez más común. Esto se debe a que se trata de una herramienta con una versatilidad sin igual y a la que se le puede dar una gran cantidad de usos. Aunque a lo largo del tiempo se ha demostrado la gran efectividad del compresor de aire, a día de hoy hay una gran mayoría de empresas y particulares que desconocen todo el partido que se puede sacar de estas máquinas.

Suministros Tomás Beltrán, una empresa con más de 30 años de experiencia suministrando productos, herramientas y consumibles industriales, quiere dar a conocer las grandes ventajas de esta herramienta y dar a conocer todo el rendimiento que las empresas y los profesionales pueden sacar. “El compresor de aire es una máquina multifuncional y puede hacerse necesario tanto en el ámbito profesional como doméstico. Un compresor de aire puede sacarnos de muchos apuros en el hogar y puede ayudarnos a realizar tareas como inflar ruedas o limpiar a presión. En el ámbito profesional el compresor de aire es aún más importante. Los sistemas de elevación y refrigeración, por ejemplo, necesitan esta forma de funcionar, mediante el aire comprimido” explica Suministros Tomás Beltrán.

Según Suministros Tomás Beltrán hay una gran cantidad de sectores que pueden beneficiarse del uso de los compresores de aire, ya que este sistema es muy práctico en el trabajo que desempeñan los talleres, laboratorios, en el sector de la construcción, parques recreativos, la industria del cine e incluso la industria petrolera. No obstante, antes de adquirir un compresor de aire es muy importante conocer su funcionamiento. Esta tecnología funciona de forma muy sencilla: recogiendo el aire del ambiente, comprimiéndolo y expulsándolo con fuerza.

Por lo tanto, el proceso funciona de la siguiente manera: se aspira el aire mediante un filtro y va hacia un depósito que se denomina “calderín”. Después se comprime el aire mediante un pistón, un tornillo o una espiral que se activa y aplica una fuerza mecánica sobre el aire del calderín. Posteriormente, todo este aire se expulsa mediante la ayuda de un presostato. El presostato es la parte final del mecanismo que hace posible que se libere el aire con la fuerza suficiente. La fuerza con la que sale el aire se puede observar en un manómetro.