Expertos de la división del guardamuebles de Gil Stauffer en Madrid aseguran que la contratación de alquileres de este servicio ha aumentado considerablemente desde que comenzó la pandemia. A causa de diversas circunstancias derivadas de la covid-19, la necesidad de este tipo de almacenaje se ha alentado de forma notoria, tanto para empresas como para particulares
La pandemia ha cambiado la vida en diversos sentidos y se pueden ver sus consecuencias en muchos ámbito. El servicio de guardamuebles no se ha quedado fuera de esta realidad y se ha visto acrecentado por circunstancias resultantes de la misma, de manera que se ha incrementado la contratación de depósitos, hasta llegar a un 30 % más que antes de la covid-19, según indican en el Guardamuebles Gil Stauffer, franquicia dedicada a las mudanzas nacionales e internacionales.
Un guardamuebles es un almacén donde se custodian las pertenencias de usuarios que necesitan un depósito para guardar mobiliario, enseres personales o cualquier tipo de material de uso empresarial. En estos almacenes se ubican los contenedores o cajas de guardamuebles −en ocasiones también llamadas cadres−, que están precintadas e identificadas con los datos de cada cliente. Así, un guardamuebles puede utilizarlo cualquier persona o entidad que, por diversos motivos, necesite un espacio de almacenaje donde mantener sus pertenencias custodiadas y convenientemente clasificadas.
Algunas de las causas más frecuentes para contratar este tipo de servicio son: cuando se prevé realizar una obra o reforma −ya sea en un domicilio particular o en una empresa− y es necesario retirar mobiliario o enseres durante el periodo que duren los trabajos a ejecutar; también es frecuente contratar un guardamuebles cuando hay una mudanza de por medio, de manera que se aprovecha para almacenar enseres que no son necesarios o que, simplemente, ya no se utilizan con asiduidad, pero prima el deseo de conservarlos; puede darse también el caso de que haya que abandonar el domicilio de
origen y no esté aún listo el de destino por falta de algún suministro, alguna obra pendiente o un matiz contractual; es usual, así mismo, contratar un depósito de guardamuebles cuando se producen siniestros relacionados con compañías de seguros, como incidencias por causa de humedades o tuberías dañadas, en los que se requiere liberar espacio durante un tiempo para poder solucionar la avería, así como en casos que afectan a situaciones personales o familiares, como herencias, divorcios u otros asuntos en los que están pendientes de resolver ciertas cuestiones legales.
Por otro lado, las empresas, en general, son clientes recurrentes del servicio de guardamuebles, pues muchas veces necesitan utilizar materiales para los que no tienen espacio suficiente en sus instalaciones y entonces contratan un espacio de almacenaje. Es decir, un guardamuebles se utiliza en cualquier caso en el que se requiera mantener mobiliario, enseres o materiales almacenados en custodia por periodos superiores a un mes.
Pero resulta que la pandemia ha provocado que estas variables generales experimenten un aumento anteriormente insospechado, ya que, por ejemplo, durante el confinamiento muchas personas decidieron que iban a mudarse a otra casa con ventanas, con terraza, con jardín o incluso a otras poblaciones, dinamizando así el mercado inmobiliario y los servicios adyacentes.
Otros usuarios, en especial durante el confinamiento, maduraron la idea de reformar su hogar en uno u otro sentido. Pero, además, el índice de defunciones a causa del coronavirus ha hecho multiplicar las herencias y, del mismo modo, la ansiedad producida por el confinamiento ha favorecido los divorcios, las separaciones, etc.
También las empresas, en la tesitura provocada por el coronavirus y una vez se estableció el teletrabajo, han tenido necesidades distintas y se han visto obligadas a reestructurar sus instalaciones y, por tanto, a almacenar materiales para adecuarse al nuevo escenario.
En suma, los cambios personales y empresariales derivados de la pandemia han propiciado que los usuarios hayan buscado una solución para almacenar sus enseres, en condiciones óptimas de higiene y seguridad de forma transitoria.
¿Cuánto cuesta el servicio de guardamuebles? Según informan desde Gil Stauffer, los precios de este servicio varían en función de la zona geográfica y de los aspectos que rodean a cada caso en particular. Pero, si se toma como indicativo la ciudad de Madrid, se estima que el precio de una caja de guardamuebles con capacidad de 10 m³, tiene un precio mensual de 50 euros. Es decir, que un contenedor para guardar muebles o enseres de ese volumen, cuesta aproximadamente 1,6 euros al día. No obstante, es de destacar que para largas estancias, los precios pueden abaratarse considerablemente.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el servicio de guardamuebles requiere manipulación, ya que no se trata de un trastero como tal. Por lo tanto, en cualquier caso, lo ideal es solicitar presupuesto en base a las necesidades de almacenaje de cada usuario, pues los precios deben ajustarse a cada situación específica y de acuerdo a los servicios que ofrezca cada compañía de guardamuebles, que no siempre ofrecen las mismas condiciones, especialmente en cuanto a seguridad e higiene.
Acerca de Gil Stauffer Gil Stauffer es una empresa que nació en 1905 estableciendo un pequeño guardamuebles en Madrid y cuenta ya con más de un siglo de experiencia en este negocio.
Dedicada a las mudanzas nacionales e internacionales, tiene implantación de oficinas y almacenes guardamuebles en las principales ciudades e islas españolas, así como corresponsales de calidad certificada en todo el mundo.