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El manejo de la infertilidad femenina sigue estando infravalorado, a pesar de su creciente prevalencia, su impacto social y emocional para las parejas afectadas. Para avanzar tanto en las causas de la infertilidad como en las nuevas soluciones, el científico granadino, doctor Jan Tesarik, está coordinando un grupo internacional de expertos cuya experiencia y trabajos permitirán una puesta al día global sobre el tema

La tendencia de posponer la maternidad hacía las edades más avanzadas es evidente por lo menos en los países occidentales. Sin embargo, según el doctor Tesarik, esto no puede servir de pretexto para echar toda la culpa a la edad de la mujer. Las mujeres de más de 40 años pueden tener hijos sanos, aunque se suele necesitar más intentos en comparación con la mujeres más jóvenes.

La infertilidad esta causada, casi siempre, por una variedad de factores que es necesario estudiar uno por uno, sin olvidar la fertilidad de la pareja, para poder elaborar un plan de tratamiento personalizado para cada caso.

Evidentemente, la probabilidad de tener un niño sano no sólo depende de la mujer sino también de su pareja. Si bien, los problemas de espermatozoides se pueden corregir más fácilmente cuando los óvulos de buena calidad.

“La infertilidad es siempre un problema de la pareja -explica el doctor Tesarik- no un problema del hombre o de la mujer, y este trabajo internacional nos ayudará a avanzar en este sentido y actualizar la visión actual que tenemos de la infertilidad y de la manera de abordarla en la clínica”.

En el trabajo participarán más de una veintena de expertos mundiales, que aportarán su experiencia e investigaciones en todo tipo de casuísticas. Asimismo, se abordarán nuevas técnicas y líneas de investigación orientadas a resolver todo tipo de infertilidades.

“Si las técnicas de fertilidad hubieran progresado al mismo ritmo que la informática, la infertilidad sería hoy una parte de la historia”, señalan los directores de la clínica MARGen de Granada, el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza Tesarik. Para ello, hay que innovar en la aproximación al problema “trabajando con la pareja y seguir desarrollando nueva técnicas, tratamientos y protocolos“.