Surfear en invierno implica, generalmente, swells de mayor calidad y menos aglomeraciones, pero también lluvia, viento y temperaturas oceánicas bastante frías
Productos Neopreno: Un 4/3 o un 5/3 será suficiente para el norte de la península. Hay que tener en cuenta también que las costuras deben estar selladas para retrasar al máximo las filtraciones de agua y, si el cierre está en el pecho, mejor, ya que al no renovarse el agua del interior de manera tan constante se mantiene a mejor temperatura.
Tabla: las tablas de invierno no suelen ser iguales a las de verano. Es recomendable montar un quiver que permita surfear en un rango amplio de condiciones. Con dos o tres tablas que entren dentro de la ventana de las condiciones de la zona servirá para sacarle partido a las ola que encuentres. Hay que tener en cuenta también en cuenta que en esta época los tubos son más frecuentes, por ello se recomienda una tabla veloz y estable.
Capucha: un traje de neopreno con capucha o una capucha suelta es un imprescindible para estar cómodos en el agua y no pasar frio, puesto que la cabeza es por donde más calor se pierde.
Escarpines: aunque hay surfistas que no saben estar sin ellos en invierno, a otros les resultan incomodos, sin embargo, es todo cuestión de acostumbrarse. Con los nuevos materiales que se usan actualmente para la fabricación de los escarpines, es posible llevar los pies calientes sin perder el feeling con la tabla. Se pueden encontrar de punta redonda o dividida, pero cuáles son mejores es un debate aún sin resolver, aunque lo importante es que la suela debe ser dura para tener un mejor agarre a la tabla.
Guantes: al igual que los escarpines, unos buenos guantes mantienen la temperatura estable y evita que entre agua por las mangas.
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Antes de la sesión Antes de entrar al agua es fundamental estar abrigado y mantener una buena temperatura corporal, cuando se entra en el agua fría el cuerpo reduce la circulación de la sangre en la piel y extremidades para mantener a salvo los órganos vitales, por lo que calentar antes de entrar hace que el cuerpo bombee más sangre desde el principio y facilitará el sentir las manos y pies durante más tiempo.
Hay que intentar también estirar antes de entrar en el agua, ya que a los músculos les cuesta más moverse con el frío, por lo que es recomendable para evitar lesiones.
Durante la sesión Nada mejor que mantenerse activo para combatir el frío, intentar remar frecuentemente y no esperar sentado demasiado tiempo.
Coger incluso esa serie que se habría dejado pasar si se lleva tiempo parado, ya que si no se perderá el calor que se ha cogido hasta llegar al pico.
Después de la sesión Salir del agua y cambiarse es uno de los peores momentos. Por ello, dejar las cosas ordenadas para no tener que andar buscándolas en el coche es importante, además de hacerse con un buen poncho de invierno para cambiarse y secarse rápidamente.
Un termo con café y algo de comer también ayudará a entrar en calor.