Maskowe ofrece varios trucos a aplicar en el caso de disponer de una mascota que no sea precisamente amante del agua, en busca de naturalizar esa relación sin generarle estrés y de forma eficaz
Aunque a muchas razas caninas les encanta y lo demuestran cuando se encuentran ante un suministro de agua, otras sienten cierta reticencia a zambullirse o, simplemente, a mojarse un poco, algo que, especialmente en verano, puede ser perjudicial para combatir las altas temperaturas de esta época.
Los profesionales de Maskowe conocen a la perfección el carácter de estas variedades cuya animadversión por el agua es uno de sus defectos, por lo que ofrecen una serie de consejos básicos, fáciles y con una gran eficacia para mejorar esta relación tan compleja.
Nunca forzar Antes de sugerir otras medidas, lo primero que se debe tener en cuenta es que nunca se puede forzar al animal a mojarse, ya que, de este modo, puede sufrir episodios de estrés.
Este proceso debe ser algo progresivo, en el que él debe tener poder de decisión por sí solo, aunque se le puede ayudar con algunos trucos.
Si es posible, desde cachorro Una de las premisas para aumentar las posibilidades de éxito en esta misión es empezar a acercarle al agua en sus primeros meses de vida, ya que así se acostumbrará desde pequeño.
La bañera como primer paso Si se cuenta con una ducha o bañera, se puede iniciar el acercamiento con el agua en ese punto de la vivienda (también vale con una manguera o algo similar en la terraza o patio).
Optar por agua tibia, con chorro suave, enjabonando con mimo y hablando de manera cercana y pausada ayudará a generar un ambiente distendido y de relax para el animal, asociando así el agua con un refuerzo positivo.
Recurre al juego Si la mascota es de esas que disfrutan yendo a buscar palos o pelotas donde se la tires, puedes probar a lanzarla al agua (sin que sean grandes distancias por seguridad).
El juego contribuye a su relajación y a hacer una asociación positiva con el agua.
Mostrarle seguridad Cuando dueño y animal se acerquen a zonas de agua, como ríos, lagos, costa, pozas… Lo mejor es que el propietario de la mascota le muestre el camino a seguir para adentrarse poco a poco en el agua, lo que el animal verá como una muestra de seguridad para decidirse y acompañarle en la inmersión.