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La falta de infraestructuras hidráulicas, hacen que pueblos de la Sierra Norte, como Cogolludo, deban asumir la contradicción de que se desembalsen hasta 70 Hm³ de agua en su término municipal, y al mismo tiempo recoger en su Plan de Ordenación Municipal, de acuerdo con informes técnicos de la Agencia de Aguas de Castilla-La Mancha, limitaciones en el consumo que lastran su eventual crecimiento

Pese a la generosidad en agua y nieve con la que el cielo ha regado la Sierra Norte de Guadalajara en el comienzo de 2021, el Ayuntamiento de Cogolludo alerta de que la tendencia dominante en las últimas décadas es de sequía. “Nos acordamos del agua cuando falta, pero debemos hacerlo también cuando sobra. Desde mediados de enero, hemos visto como los embalses de la Sierra Norte alivian sus excedentes. Los ríos Jarama y Sorbe, y consecuentemente el Henares, bajan por las vegas con grandes caudales, incluso inundando paseos fluviales en Guadalajara… Pero la sequía es recurrente y pertinaz. Volverá seguro, y por eso, es necesario que las administraciones cumplan con el compromiso adquirido de construir infraestructuras que nos permitan almacenar y distribuir convenientemente este bien tan preciado, en general en toda España, y en particular, en la Sierra Norte”, valora Juan Alfonso Fraguas, alcalde de Cogolludo.

Los datos de las últimas semanas no dejan lugar a dudas. Desde el pasado mes de enero, cuando se reanudaron los alivios de las presas de Sierra Norte, a consecuencia del temporal de nieve al que han seguido varias semanas de últimas lluvias, en el Jarama se han desembalsado 180 Hm³.

El embalse de El Vado ha pasado de contar con 46 de 56 Hm³ posibles a fecha 15 de enero, a 47 de 56 (15 de febrero)*. O lo que es lo mismo, se ha almacenado 1Hm³ y se han aliviado 180. Y se continúa aliviando. Hasta hoy el Jarama en Valdepeñas de la Sierra ha discurrido con un caudal superior a 80m3/s.

Lo mismo ocurre en la cuenca del Sorbe. La presa de Beleña, con capacidad para almacenar 53Hm³, ha subido de 37 a 45 Hm³. Es decir, que ha almacenado 8 Hm³ y aliviado 70.

También la presa de El Atance, que embalsa el río Salado, ha aumentado en 5 Hm³, pasando de 11 a 16 Hm³ de los 35 que tiene como capacidad máxima.

Asimismo, se han registrado alivios preventivos en el pantano de Pálmaces, en el río Cañamares, pero de menor cuantía. La presa mantiene el nivel de 21 Hm³ sobre 35 en este último mes, por lo que ha desembalsado todo el exceso, que se puede estimar en, al menos, 5 Hm³.

Por el contrario, la presa de Alcorlo, en el Bornova, ha podido aumentar sus reservas en 25 Hm³, pasando de 95 Hm³ a 120, sobre un máximo de 180. Ahora, está al 65% de su capacidad.

“Teniendo en cuenta que también es ecológicamente necesario que el caudal de los ríos suba y existan crecidas, se han marchado 'por el desagüe', al menos, 260 Hm³ de un agua más que necesaria en la Sierra Norte”, añade Fraguas.

Y es que un informe de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha que recoge el POM de Cogolludo (2017), para abastecimiento de una ampliación de la villa serrana, dice, literalmente, que '(…) es necesario un caudal de 0,14 l/s y la capacidad de la Mancomunidad de Aguas de Bornova, a la que pertenece Cogolludo, se encuentra al límite y que cualquier incremento de caudal demandado, por pequeño que sea, puede comprometer el abastecimiento de agua de la Mancomunidad en época de verano (…)'.

“Resumiendo: no tenemos 0,004 Hm3/año de más para abastecer esta ampliación, pero se van 70 Hm3 en un mes por delante de nuestros ojos, cuando con ese caudal que hemos visto pasar por Cogolludo, desde Beleña, Sorbe abajo, tendríamos suministro abundante y asegurado para más de cien años, y sin las restricciones que señala nuestro POM”, alerta el regidor cogolludense. Con los 260 Hm³ aliviados en un mes, “se garantizaría el suministro de la MAS durante 5 años”, añade, al respecto de la necesidad de armonizar el desarrollo con los recursos y la infraestructuras.

La solución a estas pérdidas de agua que se producen de manera recurrente, dependiendo de la crecida de los caudales de agua, a fin de prevenir el llenado en demasía de las presas, pasa, según insiste el consistorio de la villa serrana, por la creación de las infraestructuras necesarias -conexión de doble sentido- para trasladar esos volúmenes de agua desembalsados por encima de los caudales ecológicos a otros pantanos con la suficiente capacidad para albergarlos, como es el caso del de Alcorlo, ahora al 65% y que todavía nunca se ha visto lleno, e incluso el de Pálmaces, igualmente difícil de colmar, sin olvidar la posibilidad de aprovechar la energía que producen los desembalses mediante la construcción de respectivas centrales hidroeléctricas, algo que daría trabajo a corto y a largo plazo en la comarca, y energía eléctrica.

Técnicamente, se produce, además, otra gran paradoja. “Somos capaces de trasladar enormes volúmenes de agua desde Bolarque hasta el Sureste de España, a más de 300 Km de distancia, pero somos incapaces de abastecer a municipios que, poseyendo el agua a sus pies para su desarrollo, en verano pasan sed, incluso con restricciones y cortes de agua y tienen lastrado su crecimiento por falta de abastecimiento y servicios. Somos capaces de construir la infraestructura necesaria para abastecer a más de 6 millones de personas en Madrid, a través del CYII y a más de 400.000 en el Corredor del Henares, a través de la MAS, pero somos incapaces de abastecer a pequeñas poblaciones, la mayoría con menos de 1.000 habitantes, con agua suficiente corriendo por sus tierras pero sin infraestructuras para su aprovechamiento. Es necesario construir, cuanto antes, esas infraestructuras que le aporten justicia al medio rural”, reflexiona Fraguas.

*El contraste de fechas siempre parte de una primera medición correspondiente al 15/1/2021 y una segunda, correspondiente al 15/02/2021