La primera razón para este tipo de dificultad es que la cerradura está atascada
Según la experiencia de un cerrajero profesional, esto puede suceder después de un período muy húmedo o con heladas, por ejemplo, o si se han realizado trabajos en las proximidades sin proteger la cerradura, ésta puede estar sucia (polvo, partículas...) y eventualmente atascada.
Esta dificultad también puede deberse a un mal uso de la llave (para abrir el correo, arañar superficies duras...) que se daña a sí misma y acaba dañando la cerradura, por desgaste de la propia llave que traslada los desperfectos al mecanismo de la cerradura, no alinea los pines internos o que la puerta se cierra de golpe demasiado a menudo: esto también daña las cerraduras, especialmente si se deja la llave dentro permanentemente.
Otras posibles causas de los cierres dañados, además de las razones comunes, es posible que el problema de la cerradura tenga otro origen:
- Si la llave fue rehecha en una cerrajería con un buril o mecanismo de corte ya gastado, puede haber tenido un pequeño defecto que, con el uso repetido, dañó la cerradura.
- El problema puede haber sido causado por la propia puerta. Si la puerta en sí se ha "aflojado" y el marco ya no está en ángulo recto con la puerta, puede causar problemas para cerrar la puerta.
- El problema puede venir de espacio entre puerta y suelo en algunos modelos de puertas acorazadas. Este es un espacio que dispone de una barra horizontal de metal que cierra este espacio al cerrar una cerradura multipunto. Si está obstruido con polvo, por ejemplo, puede dificultar el cierre de la cerradura y afectar al eje o al centro de giro.
- En puertas acorazadas la barra vertical que entra en el suelo, en ocasiones se suelta porque el tornillo de sujeción no ha quedado bien apretado, esto hace que la barra se atasque y no se abra la puerta con facilidad, aunque la cerradura esté en buen funcionamiento.
¿Qué se puede hacer para abrir la cerradura?
Los que se aventuran pueden intentar desmontar la cerradura para limpiarla a fondo. A menudo esto es suficiente para resolver el problema. Si el problema es con la puerta, se trata de ponerla de nuevo en su lugar para liberar la cerradura, que debería funcionar correctamente de nuevo.
Muchos clientes llaman para que el técnico cerrajero arme de nuevo la cerradura con todas las piezas desmontadas… eso lleva un orden que solo puede hacerse por un profesional con conocimientos y experiencia.
Hay que recordar también limpiar la parte inferior de la puerta con regularidad para evitar la acumulación de polvo, tierra, etc que podría interferir con el cierre normal de la puerta afectando a la cerradura e impidiendo el uso normal de la misma.
Sin embargo, es importante evitar engrasar la cerradura, ya que esto podría complicar las cosas, especialmente si el problema original se debe a la acumulación de polvo en el interior de la cerradura. La grasa tiende a secarse y a endurecerse con las partículas metálicas y polvo creando un barro duro que dificulta aún más el correcto funcionamiento de la cerradura.
Nada funciona, ¿qué se puede hacer?
Si ninguna de las soluciones sugeridas anteriormente permite volver a usar la cerradura normalmente, se tendrá que llamar a un cerrajero profesional para asegurarse de no empeorar las cosas.
De hecho, sólo un cerrajero podrá hacer que la cerradura vuelva a funcionar bien rápidamente. elegir en un directorio de cerrajeros profesionales de confianza para beneficiarse de un servicio de calidad y obtener el resultado esperado lo antes posible es el mejor consejo que se puede ofrecer en cuestión de funcionamiento y seguridad en el acceso al hogar o al negocio.
Es una cuestión que permite mayor eficacia y ganar tiempo para empelarlo en otras cosas más productivas.