Italianas y francesas son las extranjeras que más visitan España para someterse a un tratamiento de reproducción asistida. La pandemia provocada por el coronavirus ha supuesto la cancelación de 14.000 ciclos de reproducción asistida, según la SEF

La pandemia de la Covid-19 ha frenado el turismo de reproducción asistida un 14% con respecto al curso pasado. Así se desprende de un estudio realizado por la Clínica Amnios In Vitro Project con los datos de los últimos cinco años de sus pacientes extranjeras. “El confinamiento, que nos ha obligado a las clínicas de reproducción asistida a parar nuestra actividad asistencial casi dos meses, y el cierre de fronteras ha supuesto una caída de los tratamientos a pacientes extranjeras. Hemos comparado los datos del primer semestre de 2020 con los mismos meses desde 2016 y notamos una tendencia clara”, explica la doctora Marian Chávez, directora médico de la clínica madrileña.

Así, ha descendido en torno a un 15% con respecto a los datos acumulados del último lustro. Pero en relación a 2018, se ha reducido en un 32% el volumen de tratamientos a pacientes extranjeras. Italianas y francesas son las europeas que más visitan España con motivos reproductivos, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Así, las pacientes italianas suponen el 63% de los ciclos de reproducción asistida a no residentes en España que se realizan en Amnios in Vitro Project, frente a un 8% de francesas. También representan un número importante británicas y alemanas. “La cercanía es uno de los motivos por los que recibimos tantas pacientes de estos dos países”, precisa la doctora Chávez.

El cierre de las clínicas de reproducción asistida ha supuesto la cancelación de más de 14.000 tratamientos de fertilidad, según estimaciones de la Sociedad Española de Fertilidad. “Para tener un hijo cada mes cuenta. En mujeres con baja reserva ovárica o más de 38 años, cada ciclo desciende entre un 2 y un 3% su capacidad reproductiva. Los dos meses de parón han supuesto un duro golpe emocional para estas pacientes y en el caso de las residentes en el extranjero, el cierre de fronteras lo ha complicado aún más”, comenta esta especialista.

En España se realizan al año unos 175.000 ciclos de reproducción asistida, indican los datos del último Registro Nacional de Actividad 2017 - Registro SEF (presentados en octubre de 2019). De ellos, en 2017 se realizaron 14.846 ciclos de FIV a pacientes residentes en otros países.

Las altas tasas de éxito, la reputación de la reproducción asistida española o la legislación son otros factores por los que las europeas apuestan por realizar sus tratamientos en España. “La reproducción asistida española es puntera a nivel mundial. Somos uno de los países con más investigación, por parte sobre todo de las clínicas privadas, y ha quedado una vez más demostrado en el reciente congreso de la ESHRE (Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología) con la presentación de diferentes estudios científicos innovadores que pueden marcar el futuro de la especialidad”, comenta esta especialista.

La legislación de los países de origen también es uno de los factores por los que muchas pacientes apuestan por la reproducción asistida en España. “La ley española es más avanzada que la de otros países de nuestro entorno. La anonimidad de los donantes de óvulos y esperma, por ejemplo, facilita que muchas personas opten por España para un tratamiento de fertilidad. El no gozar de dicha anonimidad reduce las donaciones y también hace que los futuros padres se cuestionen su decisión”, indica la doctora Chávez.

La ovodonación, el tratamiento más demandado Por otra parte, el tratamiento más solicitado por las pacientes extranjeras es la fecundación in vitro con donación de óvulos (ovodonación). Más del 80% (83%) de los ciclos que se realizan a estas pacientes internacionales corresponden a tratamientos con donación de gametos femeninos. “La donación de óvulos es muy compleja en otros países. En Italia, por ejemplo, estuvo prohibida hasta hace muy poco. Y ahora, no se recompensa a las donantes por lo que no hay muchos óvulos disponibles. En el caso de Francia, las donantes de óvulos deben tener más de 30 años y haber sido madres en el año anterior a la donación. Además, el límite de edad en la mujer receptora está en 43 años, y no está permitido el tratamiento para madres solteras o parejas de lesbianas”, comenta esta ginecóloga.

Por último, la edad media de las pacientes extranjeras que se someten a un tratamiento de reproducción asistida en nuestro país es de 40,5 años. “El retraso de la maternidad es una tónica común en toda Europa. Motivo por el que es muy habitual tener que recurrir a la donación de óvulos ya que la fertilidad femenina comienza a descender a los 35 años, con otro bajón muy importante a los 38 y uno aún mayor a los 40. Por lo que en la cuarentena es muy complicado concebir un hijo con óvulos propios”, finaliza la doctora Chávez.