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La aparición de la COVID-19 y el parón de la actividad productiva ha provocado una profunda crisis que ha puesto en riesgo la continuidad de muchas empresas, obligándolas a buscar soluciones y tomar decisiones sobre la marcha. Sin embargo, ahora toca recuperar el tiempo perdido mirando hacia el futuro

Para conseguirlo, ARTAI publica una nueva guía de buenas prácticas en gerencia de riesgos para poner en marcha medidas más amplias y profundas que se adapten a la nueva realidad, a las diferentes fases de desescalada y que ayuden a prevenir riesgos futuros.

Tras la publicación de una primera guía de buenas prácticas en gerencia de riesgos, donde ARTAI recomendaba, entre otras medidas, crear un comité para gestionar de forma correcta la seguridad, salud y los riesgos operacionales, derivados del estado de alarma, la correduría de seguros ha querido ir más allá. Para ello ha ampliado el espectro de visión de los principales riesgos que implican a gran parte de las funciones empresariales. El objetivo es poder adoptar las políticas y protocolos adecuados durante el periodo de desescalada y prevenir crisis futuras.

Según ARTAI, adaptarse a la nueva realidad, surgida tras la pandemia con una visión de riesgos más amplia, obliga a las empresas a realizar un acercamiento mucho más profundo con el fin de percibir y gestionar mejor todos aquellos riesgos con los que las empresas conviven cada día. No cabe duda de que la llegada de la COVID-19 ha producido un cambio de paradigma, que ha supuesto un antes y un después respecto a la percepción de riesgos, añadiendo problemas nuevos y dejando entrever fragilidades para las que no se tenía respuesta.

De hecho, en las últimas semanas las empresas han tenido que buscar soluciones de forma improvisada, lo que ha ralentizado su capacidad de respuesta y llevado a tomas de decisiones equivocadas durante el estado de alarma. Esta circunstancia ha dejado claro dos aspectos clave: que los riesgos de una pandemia no se pudieron detectar a tiempo y que las compañías no tenían recursos suficientes para realizar un análisis amplio de sus riesgos y así minimizar el impacto negativo.

Para dar solución a esta problemática, ARTAI se ha propuesto mantener y reforzar la política de gestión de riesgos activada durante la pandemia para aplicarla a los paradigmas actuales de desescalada y también para prever posibles conflictos futuros. Una de las medidas, que se recomienda llevar a cabo en la Guía de Buenas Prácticas en Gerencia de Riesgos y que se puede ver, descargando el documento en la web, es elaborar un Mapa de riesgos preliminar que permita a las empresas detectar situaciones de riesgo similares, preparándolas para reaccionar de forma rápida y adecuada a nuevos imprevistos y facilitar la gestión de los mismos.

Para implantar con éxito las diversas políticas, métodos y requerimientos, incluidos en dicha guía es importante, por un lado, alinear los estándares internacionales de Buena Gobernanza, encaminados a optimizar la gerencia de riesgos en las empresas y, por otro lado, contar para ello con la implicación tanto del Consejo como de la Alta Dirección de las compañías.

Conscientes de la dificultad que supone aplicar dichas prácticas en el momento actual, ARTAI se pone a su disposición para resolver cualquier duda y ofrecer el asesoramiento personalizado que necesite su negocio, adaptándolo a cada contexto empresarial.