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Bajo el nombre de 'Arquitectura, urbanismo y patrimonio: Desafíos y oportunidades', y organizado precisamente por el Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha, el Encuentro se celebró para intercambiar experiencias profesionales sobre la protección del legado histórico de la arquitectura en estos entornos y reflexionar sobre modelos urbanísticos que favorezcan la búsqueda de nuevas oportunidades en las zonas con riesgo de despoblación

En la primavera pasada tuvo lugar, en el Convento de San José de Brihuega, Guadalajara, adaptado parcialmente como Museo Municipal, el primer encuentro de arquitectos de zonas despobladas, organizado por el Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha, acerca de la despoblación y sus consecuencias sobre el patrimonio. Los anfitriones fueron arquitectos expertos y representantes municipales y regionales comprometidos con el desarrollo y la protección del medio rural radicados en la comarca y provincia de Guadalajara y provincias limítrofes, pero acudieron muchos más expertos de otras zonas igualmente despobladas en la España vaciada.

La jornada técnica, en la que colaboraron entidades como ARQUIA, FADETA, ASEMAS, UNED Guadalajara, HNA, JCCM o la Diputación Provincial de Guadalajara, además del Ayuntamiento de Brihuega, estuvo destinada a analizar y debatir, en colaboración con arquitectos pertenecientes al resto de Colegios de la España Interior, el proceso de abandono del medio rural, un mal endémico que afecta a grandes zonas de la CEE y que están sufriendo un gran número de comarcas de Castilla - La Mancha.

Como consecuencia de ese abandono del medio rural, distintos estamentos y agentes económicos y sociales de la región han venido realizando estudios, análisis y propuestas para intentar revertir o al menos paralizar el avance de la situación. A través de este encuentro, el Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha quiso sumarse a estas iniciativas con el objetivo de intercambiar experiencias profesionales sobre la protección del legado histórico de la arquitectura en estos entornos y reflexionar sobre modelos urbanísticos que favorezcan la búsqueda de nuevas oportunidades en zonas con riesgos de despoblación.

En el congreso se desarrollaron distintas ponencias y una mesa redonda, que se vieron complementadas por otras actividades. “Este trabajo conjunto se ha glosado en un documento de reflexiones y conclusiones que se deberían tener en cuenta si, entre todos, queremos revertir la tendencia de abandono del medio rural”, afirma Jose Antonio Herce, presidente de la demarcación de Guadalajara del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha. “Desde los organismos públicos e instituciones privadas, junto con las iniciativas particulares, debemos remar en la misma dirección para impulsar iniciativas que mejoren la situación de las zonas despobladas. COACM subraya que, de entre todas las conclusiones, quizá la fundamental es que la planificación territorial debe ser la base de una acción coordinada de todas las instituciones responsables, además de la agilización de los trámites en el entorno rural”, añade Elena Guijarro, decana de COACM.

El documento final parte de las ocho premisas que los diferentes agentes sociales, liderados por los arquitectos en este caso, observan acerca de la realidad del mundo rural, y otras tantas soluciones que este colectivo propone para atajar la dura realidad.

En primer lugar, se ha observado que los modelos socio-económicos actuales propician la concentración de la población en lugares concretos, cada vez más congestionados, y desertizan grandes territorios. Las medidas tomadas por las administraciones para frenar esta tendencia han sido, hasta el momento, ineficaces y en algunos casos incluso contraproducentes. Por eso, la planificación territorial debe ser la base de la acción coordinada de todas las instituciones responsables, según se propone en el documento de conclusiones.

España afronta un proceso de pérdida de población en gran parte de su extensión que supera el ámbito de los territorios rurales de poca densidad. El estímulo de la emigración masiva y la construcción descontrolada, junto con el escaso interés por contrarrestar los desequilibrios territoriales y la falta de políticas de ordenación del territorio adecuadas, han propiciado que la despoblación, además de ser un problema demográfico, se convierta en una crisis de territorio, apuntan igualmente las conclusiones.

Esta crisis tiene un carácter no solo nacional sino que va más allá y pone en entredicho las políticas de crecimiento de los territorios desarrolladas hasta el momento. Las estrategias de inversión de recursos en estas zonas deberían tener en cuenta tanto a los pequeños municipios como las comarcas de su entorno, es decir, dichas estrategias deben ser vertebradoras del territorio. Por eso, las conclusiones del I Encuentro de Arquitectos de Zonas Despobladas proponen que la integración y vertebración territorial, tiene que asumirse como una clara apuesta por las infraestructuras y las nuevas tecnologías que conecten cada pequeño núcleo de población con todo un mundo en creciente globalización.

Durante años, el medio rural ha visto como se deterioraban sus dotaciones escolares, sanitarias, de transporte, ocio y de servicios. Es deber de todos su actualización y mantenimiento o, si fuera necesario, su rediseño para equiparar los servicios a disposición de los ciudadanos rurales con los de los ciudadanos urbanos. En este sentido, las conclusiones del Encuentro proponen que, para hacer competitivo al medio rural frente a un medio urbano saturado, se han de proponer soluciones realistas y eficaces que garanticen en ese medio rural una calidad de vida básica con acceso a la educación, sanidad, información, ocio y oportunidades laborales.

Buena parte del urbanismo español debería redefinirse para dejar de ser un obstáculo en la implantación de pequeñas inversiones que puedan encontrar cabida en un vasto territorio que acoge al tres por ciento de la población española. Es imprescindible un urbanismo con una visión global del territorio y el paisaje, y una atención específica a la riqueza natural y patrimonial y a las carencias y necesidades de sus habitantes. Por eso, los arquitectos determinaron que la solución pasa por acelerar la creación de figuras de planeamiento simplificado con mecanismos de tramitación específicos que permitan la agilización para la tramitación de licencias y actividades, y que a su vez incida más en el mantenimiento y la conservación de lo existente que en la expansión y la dispersión, dando respuesta a los problemas singulares que demandan los entornos en riesgo de abandono.

Este medio rural en grave riesgo de despoblación acoge a un porcentaje muy pequeño de la población pero afecta a una enorme franja de territorio la cual posee una parte muy importante de el patrimonio natural, histórico y cultural que requiere de atención e inversiones para su conservación y recursos para convertirse en una herramienta de empleo en los ámbitos cultural, turístico y educativo, para poder generar ocupación para su mantenimiento. Este hecho exige no solo la colaboración coordinada de los técnicos responsables, sino también un marco jurídico claro y asequible con capacidad para integrar la creatividad y el valor añadido de todos aquellos profesionales que puedan aportar soluciones para estos entornos. Es fundamental, además, el compromiso de las administraciones del estado con el medio rural, y se hace imprescindible la presencia de funcionarios y profesionales de proximidad con la formación, sensibilidad y medios adecuados para afrontar problemas concretos. En este sentido, el Encuentro apunta como otra de sus conclusiones que es preciso desarrollar una serie de medidas para consolidar puestos de trabajo en aquellos sectores profesionales que prestan sus servicios en el medio rural. Los factores de cercanía y proximidad deberían hacerse valer dentro de las políticas fiscales y de vivienda.

Por otro lado, es necesario asumir que la alimentación en una sociedad avanzada exige ser ecológica, segura y de circuito corto, lo que plantea grandes posibilidades para el medio rural. Pero a su vez, estas sociedades avanzadas deben aceptar el desafío que plantea la educación globalizada, el desarrollo cultural y los comportamientos sostenibles para mantener una salud física y mental individual y colectica, y deberían prestar una atención especial a todo aquello que solo el mundo rural puede aportar. Así, en el Encuentro se apuntó que es necesario potenciar la identidad de lo local en un mundo global desde la redefinición de múltiples áreas de producción y consumo a partir de los mercados propios, dándole valor añadido a la industria de transformación-comercialización del sector primario local e integrar estas actividades con la gestión del patrimonio cultural y natural. Lo importante no es el número de habitantes de cada lugar, sino la calidad de vida de cada población y su integración en una sociedad global.

El sector de la construcción supone un alto porcentaje de la actividad económica de la España despoblada, fijando población laboral en estas zonas, donde además se da la paradoja de que aún se construyen nuevas viviendas para segunda residencia, que junto con actividades turísticas y de ocio, conforman un tupido tejido de PYMES relacionadas con la rehabilitación y el desarrollo local. Desde este punto de vista, el Encuentro ha dejado sentado que numerosos arquitectos se han especializado en la rehabilitación y en las intervenciones en entornos rurales y su trabajo ha trascendido hasta convertirse en dinamizador de estos territorios. La labor de estos y otros profesionales, implicados con el medio rural, debe ser reconocida y apoyada por los estamentos públicos, colegios profesionales y administraciones, y respaldada económicamente.

Recogiendo el sentido discurso del conocido arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, si los “hombres de ciencia” tienen el deber de aportar las mejores respuestas a los desafíos y preguntas de una sociedad, “los hombre de letras” tienen el no menor desafío de investigar, plantear y priorizar con los primeros, las preguntas y retos de las sociedades en cada momento. “Es responsabilidad de todos plantear posibles soluciones a un problema global de crisis territorial que tiene como uno de sus síntomas la despoblación, y una tarea común e ineludible responder a este problema con un trabajo continuado”, termina José Antonio Herce.