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Ni Arquímedes, ni Hiparco, ni ordenador. El mecanismo de Antikythera fue la estación multifunción de Posidonio. El equipo de Investigación y Misterio formado por un escritor y una sensitiva han realizado un descubrimiento que está dando la vuelta al mundo: fue el filósofo griego Posidonio de Rodas, el inventor y propietario del célebre Mecanismo de Antikythera. Por fin se despeja la incógnita que lleva más de un siglo provocando verdaderos quebraderos de cabeza a multitud de especialistas e historiadores

El escritor Samuel García Barrajón y la sensitiva Rosa Gómez Uribe afirman haber descubierto quién construyó el famoso Mecanismo de Antikythera, una computadora analógica del siglo I a. de C. repleta de engranajes de bronce, que reproducía los movimientos del Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos por los griegos (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), a modo de maqueta del Sistema Solar.

Según los investigadores, todas las pistas conducen a Rodas y al filósofo estoico Posidonio que tenía una escuela en la isla. El estudio, que explica cada una de las relaciones del dispositivo griego con el sabio de Rodas, ha sido publicado de forma independiente tanto online como en papel y ebook.

“Las investigaciones que se han hecho hasta ahora siempre señalan a la isla de Rodas en algún punto, pero lo que más me llama la atención es que Cicerón, quién además lo contempló en primera persona, pone en manos de Posidonio un mecanismo capaz de reproducir los movimientos de los astros y calcular eclipses” declara García Barrajón.

El escritor afirmó que el dispositivo está hecho a medida de Posidonio “su tamaño y características lo convierten en una especie de estación multifunción portátil, que podía llevar consigo tanto a la escuela como a sus numerosos viajes de investigación”. Además hizo especial hincapié en que “para un sabio polímata de su condición, disponer del mecanismo de Antikythera supone un ahorro de tiempo de casi media vida tan sólo en tediosos cálculos”.

El mecanismo fue encontrado entre la carga de un gran barco mercante que naufragó en algún momento entre el 65 a.C. y el 50 a.C.. La muerte de Posidonio se sitúa alrededor del año 51 a.C. pero en cuanto al lugar no se sabe dónde. Según Rosa Gómez “el sabio griego iba a bordo de esa nave, este fue su último viaje”.

“El dispositivo formaba parte de su equipaje personal”, agregó. Posidonio viajó por todo el imperio romano y más allá de sus fronteras a la vez que investigó casi cualquier rama del saber que se le puso por delante. Aunque hoy apenas se conservan algunos fragmentos, su obra e influencia son realmente extensas.

Una de las inscripciones que conserva el mecanismo y que no fue grabada durante su manufactura sino después, cuando estaba en pleno uso, menciona Hispania en relación a las características de un eclipse. Así qué profundizando sobre las implicaciones de estos grabados, García Barrajón subrayó que “el sabio de Rodas estuvo varias veces en nuestro país, especialmente por la Gades romana estudiando la relación de la Luna y el Sol con las mareas” y que “al realizar las inscripciones con las particularidades del eclipse estaba añadiendo información de valor de primera mano a los cálculos preestablecidos del mecanismo”.

El escritor precisó que no se explica cómo no se ha relacionado antes la figura de Posidonio con el mecanismo de Antikythera, pues siempre han estado ahí las evidencias y no son pocas. Además Cicerón expone claramente en sus escritos que sólo tres grandes sabios de la antigüedad han fabricado este tipo de dispositivos, Tales de Mileto primero y después Arquímedes, pero sólo Posidonio en una fecha próxima al naufragio.

Ahora, señalan los autores del estudio, es el momento de reconocer la valía del ingenio del estoico, Posidonio de Rodas, un científico incomparable que abrazó e hizo prosperar prácticamente todas las ramas del conocimiento. “Se lo debemos”: aseguran.

El enigma de este mecanismo intriga a científicos y entusiastas desde su hallazgo en 1900, y no se trata de la primera vez que se pronuncian sobre su constructor. Por ejemplo en su día se propuso que era obra de Arquímedes de Siracusa, sin embargo las últimas investigaciones lo sitúan al otro extremo del Mediterráneo.

Samuel y Rosa también se han comprometido a seguir indagando sobre éste y otros enigmas de la antigüedad todavía no resueltos. Ahora han puesto el ojo en el misterioso “Manuscrito Voynich” cuyo lenguaje aún sigue por descifrar.

Los lectores de su libro han expresado un gran entusiasmo por su proyecto https://investigacionymisterio.com donde publican sus investigaciones con todo lujo de detalles y sin guardarse nada en el tintero.

“Las teorías científicas no se demuestran con titulaciones universitarias, sino con pruebas fehacientes.” – Samuel García Barrajón

Samuel García se dedica a la investigación y documentación de forma autodidacta. Le apasiona desenmascarar enigmas y cuestiones ocultas. Sus artículos se han publicado en diferentes revistas nacionales e internacionales, y ha sido entrevistado en más de 50 medios de comunicación, entre prensa, radio y televisión. Su lema: 'busca y encontrarás'. Rosa Gómez Uribe, desde muy pequeña ha vivido ciertas experiencias inexplicables. Mientras reflexiona sobre el pasado o visita ciertos enclaves, percibe historias relacionadas con el personaje, cosa o lugar protagonistas. Ella lo llama “Arqueología Sensitiva”.