La hormiga, cuyo nombre científico es Formicidae (del latín formica), es un insecto presente en nuestro planeta desde hace más de 100 millones de años por lo que, hoy en día, se pueden encontrar cerca de 13000 especies diferentes (y más que se van descubriendo cada día)
La hormiga (del latín formÄ«ca) es un insecto presente en nuestro planeta desde hace más de 100 millones de años, por lo que, en la actualidad, se pueden encontrar cerca de 13.000 especies diferentes (una cifra que sigue creciendo, ya que siguen descubriéndose más cada día). Se trata de una especie omnívora que presenta una dieta muy variada: es decir, que las hormigas comen prácticamente de todo, desde animales muertos hasta verduras, pasando por otros insectos, hojas, hongos o incluso lácteos.
Las hormigas viven en sitios oscuros (y generalmente escondidos) en cualquier rincón del mundo, independientemente del ecosistema. Aunque la mayoría de especies habita en el exterior, muchas otras prefieren vivir en lugares interiores, por lo que, en épocas de frío y humedad, es frecuente que se cobijen dentro de edificios o casas. Uno de los datos más interesantes acerca de este fascinante insecto (y que da buena cuenta de lo potencialmente incómodo y peligroso que puede llegar a ser) tiene que ver con la hormiga reina, que es capaz de poner hasta 1.200 huevos por día. De estos surgirán más hormigas obreras, así como nuevos machos y las futuras reinas.
Hormigas en casa: Un problema cuya solución pasa por manos de expertos en plagas Dado que las hormigas son insectos sociales, con una rutina frenética y muy dinámica, y capaces de adaptarse a prácticamente cualquier condición y contexto, es posible encontrarlas tanto fuera como dentro de una vivienda (sea esta del tipo que sea). Algunos ejemplos paradigmáticos son las hormigas carpinteras (que suelen fabricar sus nidos en estructuras de madera), las hormigas coloradas (que habitan en las fisuras de las paredes) o las hormigas de jardín (a las cuales es frecuente descubrir bajo losas o rocas).
Una de las formas más comunes de tratar las plagas de hormigas es mediante la fumigación, aunque en no pocas ocasiones esta no es suficiente (lo que resulta en una consecuente pérdida de tiempo y dinero) y el problema acaba derivando hacia una única prioridad: eliminar a la hormiga reina. Desde Best Control, una empresa dedicada a la erradicación de plagas con más de 10 años de experiencia en el sector, destacan que es importante no confundir a las hormigas con las termitas, puesto que también se trata de una especie con pautas de conducta similares que puede invadir el hogar. Este otro tipo de insecto posee una cintura más estrecha que la de las hormigas, por citar solo una de las características visibles que pueden servir al ciudadano de a pie para diferenciar a ambas especies.
Aunque existe multitud de métodos para intentar acabar con las hormigas por cuenta propia, lo más recomendable es contactar a especialistas para que realicen un diagnóstico preciso del problema. Y, lo más importante y tal como se apunta desde Best Control, dicho diagnóstico ha de efectuarse antes de que las hormigas se expandan y se conviertan en una plaga, algo que puede repercutir de manera desastrosa en los muebles y los cimientos de una vivienda.
Métodos para acabar con las plagas de hormigas Aunque existe una gran variedad de métodos para terminar con las plagas de hormigas, es crucial no precipitarse y evitar lanzarse a aplicar alguno de los muchísimos remedios que circulan por Internet, como el uso de piretroides o de insecticidas irritantes (que únicamente sirven para mover el nido de un sitio a otro). Generalmente, las hormigas reinas comienzan a poner sus huevos en invierno, pero no es hasta verano cuando comienzan a observarse indicios de infestación. Además, las colonias pueden llegar a sobrevivir de un año para otro, por lo que se puede tratar de un problema realmente molesto y difícil de controlar.
En función de dónde se sitúe la plaga se procederá de una forma diferente y se elegirá el mejor tratamiento: clorpirifos microencapsulados para grietas (momentos puntuales), insecticidas residuales, geles con azúcares y sacarosa, insuflación de polvo a alta presión, etc., todos ellos métodos que deben acompañare de un correcto tratamiento estructural, tanto para asegurar un buen resultado desde el comienzo de su aplicación como la perdurabilidad del mismo.
El procedimiento a seguir, tal y como detallan los profesionales de Best Control, expertos en control de plagas, es el siguiente: la primera fase consistirá en un análisis de la plaga (la localización y la detección de las vías utilizadas para buscar alimento y para ir hacia el nido) y en la búsqueda de la causa primera de la aparición de la misma; posteriormente se aplicará el método y el tratamiento requeridos; por último, durante la última fase del proceso se procederá a una inspección profesional. Dos factores determinantes a la hora de establecer un presupuesto preciso y de dictaminar el tratamiento óptimo serán el nivel de infestación de la plaga y el espacio a tratar.