Un estilo de vida sedentario y una alimentación inapropiada están en la base de este problema. Para reducir la obesidad, y centrándose en el factor alimentario, la OMS ha propuesto aumentar en un 20% el precio de los refrescos con azúcar y subvencionar frutas y verduras.
Hace un tiempo se realizó la pregunta de si subir los impuestos a las bebidas azucaradas mejoraría la dieta infantil, y probablemente sea un paso más para sumar a otros muchos necesarios, como el control de la influencia del sector alimentario en la política o en la sanidad, la educación a familias y a niños en escuelas, campañas sociales de concienciación...Seguramente esta idea de subir el precio de estos productos sea una buena idea, y es que la OMS también lo dice. En un informe presentado en Ginebra, la organización señala que aumentar los impuestos sobre algunas categorías de alimentos, altamente calóricos, o de bebidas refrescantes, a la vez que se subvencionan otros más saludables, tendría consecuencias positivas en la lucha contra la obesidad.
Hacer lo mismo con otros productos
Entre otras cuestiones, sorprende conocer el inmenso poder de la industria azucarera y de algunas compañías de refrescos que todos conocemos. Esta industria a lo largo de su historia ha financiado estudios engañosos para ocultar los perjuicios de los refrescos, y lo que no sabemos. Se relacionan con políticos y hay políticos que defienden sus intereses, aunque sea veladamente, para no promover leyes más estrictas.
Por otro lado, la propuesta de la OMS de subvencionar frutas y verduras entre un 10 y 30% para abaratar su precio de venta, tendría como efecto directo el aumento de su consumo. Por ejemplo, las personas con un presupuesto fijo para estos alimentos podrían incluir más piezas en la cesta de la compra. Y determinadas ofertas animarían a nuevas familias a probar frutas y verduras, sobre todo si conocen sus beneficios y lo necesarias que son para una vida saludable. Pero claro, la industria de frutas y verduras no es tan poderosa como la azucarera.
Por qué no es bueno que los niños beban azúcar
No es bueno que los niños beban refrescos. Este tipo de refrescos azucarados (con gas, zumos envasados...) generan problemas dentales, sobrepeso y obesidad, diabetes tipo 2 y también podrían estar relacionados con una mala salud coronaria y otros problemas que reportan un elevado gasto a la sanidad pública.
Del mismo modo, no es necesario llegar a extremos para que el exceso de azúcar afecte a nuestra salud en cierta manera. Tan solo un bote de refresco o de zumo puede contener casi el doble de azúcar de lo que debería consumir un niño a lo largo del día, teniendo en cuenta el azúcar contenido en todos los alimentos. De otro lado, llegar a las cinco raciones de fruta y verdura recomendadas al día aporta innumerables beneficios al organismo: nos hidrata, nos aporta fibra y vitaminas, antioxidantes, ayuda a mantener la circulación saludable y por supuesto el peso adecuado...
No significa que si un niño toma un refresco o zumo de vez en cuando vaya a estar condenado. El problema viene cuando estas bebidas azucaradas son consumidas a diario y sin control, y si a ello sumamos otros alimentos insanos, dulces elevados en grasas trans, demasiado salados, el sedentarismo... lo que hacemos es comprar demasiadas papeletas para sufrir un grave problema de salud.
La noticia Aumentar impuestos de bebidas azucaradas y subvencionar frutas y verduras: se buscan soluciones a la epidemia del siglo XXI fue publicada originalmente en Bebés y más