El cambio climático no tiene intención de permitirnos respirar tranquilos. Si en ocasiones se ha hablado de cómo distintos lugares del mundo podrían desaparecer, quedando inundados por las consecuencias del clima, en esta ocasión lo que mencionan los expertos es algo distinto, pero también negativo para los viajeros.
Quien ha dado la mala noticia ha sido el experto en meteorología Paul Williams de la Universidad de Reading en Inglaterra. Comenta que debido a los efectos del cambio climático los viajes transatlánticos llegarán a tener una mayor duración. No solo eso, sino que estos viajes además de ser más largos se encontrarán con un segundo inconveniente: la cantidad de turbulencias será del doble. No es algo que nos haga precisamente felices, por lo que solo esperamos que los constructores de aviones estén al tanto y den con ideas que les permitan contrarrestar este problema.
Por lo que se menciona, el principal culpable de que esto vaya a ocurrir es el dióxido de carbono, más específicamente la alta concentración del mismo en el aire. Su interacción con los aviones provoca efectos nocivos como los que ha descrito.
La mala noticia de todo esto es que el estudio que ha presentado Williams se ha basado en ejemplos reales, lo que resulta más problemático. Ha tomado como ejemplo la ruta que se realiza desde el aeropuerto JFK de Nueva York y el de Heathrow en Londres. Contabilizó las horas y en unas buenas condiciones el vuelo se podía reducir a 5 horas y media, mientras que cuando los vientos no eran los adecuados el viaje se alargaba más allá de las 7 horas. Haciendo una suma total se llega a la conclusión de que los aviones de rutas transatlánticas estarán en el aire unas 2000 horas añadidas cada año, lo que podría ser muy negativo para estas máquinas.
Todo esto nos lleva a ver que aunque estamos esperando el día en el cual los vuelos sean más rápidos, quizá deberíamos ir mentalizándonos para que en breves la situación sea a la inversa. Por no decir que todo lo relacionado con las turbulencias es algo que nos da serios dolores de cabeza. Pero como mencionábamos antes, nos queda la esperanza de que los avances que se están llevando a cabo en el sector trabajen para que estos efectos desaparezcan gracias a nuevos diseños de avión. Una vez más el cambio climático supone un problema para los aficionados a los viajes.