Anteriormente, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya había publicado un análisis de lo que ofrece la cuenta 1,2,3 del Banco Santander. Básicamente:
- mayor rentabilidad que una cuenta corriente normal (el 2,76% anual en el mejor de los casos)
- te devuelven una parte de algunos recibos domiciliados (hasta un máximo de 110 euros al mes)
A cambio de estas interesantes ventajas, el Santander pide mucho. En concreto:
- domiciliar la nómina o la pensión
- domiciliar al menos 3 recibos
- realizar el menos 6 operaciones cada trimestre con la tarjeta de débito (como por ejemplo, sacar dinero de un cajero)
- pagar 3 euros al mes en concepto de comisiones
- su rentabilidad solo es verdaderamente interesante si el saldo medio de la cuenta se mueve entre 3.000 y 22.000 euros
La trampa británica
En ningún momento el Santander se compromete a mantener estas condiciones. Y la normativa les permite modificar las condiciones con el único requisito de informar con 2 meses de antelación. Es lo que acaban de hacer en Reino Unido.
El Santander también tiene amplia presencia en tierras británicas, donde su cuenta 1,2,3 ha tenido gran éxito y acaban de anunciar una espectacular subida de las comisiones:
- los británicos que hayan contratado la cuenta 1,2,3 verán subir su comisión mensual de 2 a 5 libras, un 150% más.
- además, las comisiones de las tarjetas de crédito asociadas a la cuenta suben de 24 a 36 libras, un 50% más.
No es la primera vez que el Santander sorprende a sus clientes con este tipo de subidas. Quien contrató el plan "Queremos ser tu banco", supuestamente libre de comisiones, recuerda bien que en septiembre todas las comisiones volvieron a la carga... a menos que contratase la cuenta 1,2,3.
De momento la cuenta 1,2,3 mantiene sus condiciones en España. Es decir, 3 euros de comisión al mes. Pero si el banco decidiese aplicar la misma política que en Reino Unido hablaríamos de unos 7,5 euros mensuales. O lo que es lo mismo: 90 euros al año en comisiones.
OCU se mantendrá alerta para informar a los consumidores de cualquier cambio y, como siempre, animarles a mover su dinero al lugar más conveniente: