Goirigolzarri destacó el “extraordinario esfuerzo de saneamiento” realizado por la banca española en los últimos tres años que le ha permitido vivir una “gran mejoría” y ser actualmente un “sistema bien capitalizado y solvente”, que se está transformando de forma mucho más rápida y profunda que las entidades del resto de Europa.
No obstante, consideró que las entidades españolas han de mejorar en rentabilidad porque el nivel actual del 4-5% es muy inferior al 20% de antes de la crisis y, sobre todo, al del coste de capital, que es el rendimiento que un inversor exige para comprar acciones de una entidad. “Los bancos deben tener una rentabilidad ajustada porque bancos no rentables o con rentabilidad insuficiente como para atraer capital son una rémora para la sociedad”, dijo.
Para ello, destacó, se va a requerir un “excelente control del coste de riesgo, de la mora, y una mejora constante de su ratio de eficiencia”. Reducir este ratio “es el principal reto estratégico de nuestro sector y aquí la clave estará en la habilidad de cada entidad para implementar los avances tecnológicos y así poner en valor las redes físicas de distribución”, defendió.
En este escenario, Bankia parte con un ratio de eficiencia del 41,5%, lo que le convierte en el más eficiente del sistema financiero español; con un coste de riesgo (medido como el ratio entre las provisiones realizadas para crédito sobre el total de la cartera crediticia) del 0,50%, el más ajustado del sector; con una rentabilidad sobre fondos propios (ROE) del 9,9%, una de las más elevadas del sistema; y con un ratio de capital fully loaded del 11,73%, el más alto de la banca española.
Aun así, el presidente de la entidad consideró que “tenemos muchas cosas que mejorar” y entre ellas citó la necesidad de incrementar los ingresos, lo que pasa por incrementar la cartera de créditos. En este sentido, explicó que en los nueve primeros meses del año, el banco concedió a las empresas de Asturias un 38% más de créditos que en el mismo periodo del año anterior.