¿Cómo se evalúa lo aprendido? ¿Se evalúa para que los niños aprendan o para certificar al que no lo hace? ¿Se pone el acento en lo que aprende o en lo que falla? A éstas y otras cuestiones intentó dar respuesta Roberto Sanz Ponce, Dr. en Pedagogía y vicedecano de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Valencia en la conferencia titulada “Neuropedagogía: Propuestas Metodológicas del S. XXI” que impartió el pasado viernes 23 de octubre en el campus de ESIC de Pozuelo de Alarcón de Madrid dentro del XXIII Encuentro de Centros de Enseñanza que desde hace más de veinte años viene organizando la escuela de negocios. Más de 150 directores, orientadores, jefes de estudio y profesores de más de 80 centros educativos, acuden cada año a este encuentro que sirve de arranque para el nuevo curso académico en el que además se da a conocer el programa general de actividades de ESIC para centros educativos.
El encuentro para profesionales de la educación fue presentado por Felipe Llano, director adjunto a la Dirección General de ESIC, el cual expuso las líneas generales del programa general de actividades diseñado para el curso académico 2015-2016 que abarca todos los colectivos involucrados en el mundo de la docencia: alumnos de Bachillerato y Ciclos formativos de Grado Superior; padres de alumnos y equipos directivos; y equipos docentes, actividades, en su mayoría, que se desarrollan tanto en ESIC como en el propio Centro de Enseñanza.
A continuación, Roberto Sanz, Dr. en Pedagogía y vicedecano de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Valencia, expuso en su ponencia que los problemas de la escuela, hoy por hoy, siguen siendo los mismos problemas de siempre, pues “el derecho a la Educación es ante todo el derecho a aprender”. Para Sanz, “un niño sin competencias básicas es un niño condenado al fracaso, por eso, debemos cambiarnos las gafas con las que vemos a los alumnos”.
En su opinión, el aula debe ser un espacio estimulante para el aprendizaje y para ello la Neuroeducación proporciona herramientas útiles. “La emoción y los sentimientos provocan atención y curiosidad en el alumno, y ambas deberían ser explotadas por los profesores. Si no corremos el peligro de que se produzca un apagón emocional del alumno al desligar la emoción del conocimiento en la Escuela”.
Sanz puso de manifiesto lo que a su entender son dos de los errores más comunes del sistema educativo: al castigar la equivocación y el error y el no saber captar la atención de los alumnos. “La escuela no está para dar respuestas sino para plantear preguntas y para ello es necesario que los alumnos interioricen que el aprendizaje es lo más importante de sus vidas”.
El vicedecano de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Valencia dio una serie de datos que ayudan a entender cómo se debe hacer más competentes a los alumnos. “Los niños en el colegio recuerdan el 10% de lo que leen, el 20% de lo que oyen, el 30% de lo que ven, el 50% de lo que oyen y ven, el 70% de lo que dicen y el 90% de lo que dicen y hacen”.
El acto fue clausurado por Simón Reyes Martínez Córdova, director general de ESIC, el cual reconoció la trascendencia de la misión educadora de los directores, orientadores, jefes de estudio y profesores de los centros educativos. “Procuramos transmitir una educación en valores éticos, que tan necesarios son para la sociedad y las empresas y también para las personas, cualquiera que sea el modo como desarrollen su vida personal y profesional. Y somos conscientes de que la formación que impartimos debe apoyarse en los cimientos aportados por vuestra tarea y vuestro esfuerzo”.
Para Sanz, “un niño sin competencias básicas es un niño condenado al fracaso, por eso, debemos cambiarnos las gafas con las que vemos a los alumnos”.
Hace más de veinte años, ESIC comenzó a proponer actividades que fueran eficaces como complemento a la labor educativa de los Centros de Enseñanza y que sirvieran como refuerzo al desempeño profesional en la gestión de equipos. Con ellas, la escuela de negocios, intenta plantear iniciativas que no sólo sean útiles sino que, además, supongan por parte de los educadores, un papel primordial en su desarrollo.