Tres de cada cuatro escolares diagnosticados con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) son chicos, según se desprende de un estudio presentado este viernes por el Consejo Escolar de Navarra.
El informe, elaborado a partir de un cuestionario que ha sido cumplimentado por cerca de 75 familias asociadas a las organizaciones ADHI, ANDAR y Sarasate, y datos censales aportados por el Departamento de Educación, refleja que el número de diagnósticos ha aumentado “significativamente” en los últimos años. Si la cifra no llegaba al millar en 2009, cuatro años más tarde ascendía a casi el triple (2.940 estudiantes), lo que supone el 2,75% del alumnado de los niveles no universitarios.
Por etapas educativas, el mayor número de escolares diagnosticados se concentra en Infantil y Primaria, con 1.219 alumnos y alumnas, y en ESO, con 1.234 estudiantes, bajando sustancialmente el número de casos en las enseñanzas postobligatorias, con 487 personas diagnosticadas.
Por porcentajes, se aprecia un mayor número de diagnosticados en ESO, con un 4,84%, mientras que en las etapas postobligatorias, la mayor concentración se da en los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), con un porcentaje del 6,98%.
Por centros, la red pública escolariza a más alumnos diagnosticados (en concreto, 1.700) que la concertada (1.240). Sin embargo, proporcionalmente, los centros concertados acogen un mayor porcentaje (3,34%) que los públicos (2,56%). Igualmente, no parece que el nivel socioeconómico y cultural del alumnado influya “perceptiblemente” sobre la incidencia del TDAH.
Todos estos datos han sido aportados durante la presentación del informe por el presidente del Consejo Escolar de Navarra, Pedro González, y los autores del estudio: el jefe de la Sección de Evaluación del Departamento de Educación, Ángel Sanz; Raquel Artuch, de la Universidad de Navarra, e Isabel Aracama, del Centro de Recursos de Educación Especial de Navarra (CREENA).
Los beneficios del apoyo psicológico
El informe, disponible en la web del Consejo Escolar, apunta a los beneficios del apoyo psicológico. Así, concluye que aquellas personas que reciben un tratamiento psicológico obtienen, por lo general, mejores resultados que aquellas que solo se tratan con fármacos. Estos resultados son todavía mejores si, además, los padres acuden a sesiones informativas.
Según la información aportada por las familias, gracias al tratamiento, la evolución de los chicos y chicas en los tres ámbitos de estudio (personal, familiar y escolar) ha sido favorable, especialmente en el escolar. Entre otros avances, destacan que se relacionan “adecuadamente” con sus compañeros de clase y que han mejorado la visión que tienen de sí mismos como estudiantes.
Asimismo, afirman que haber acudido a las asociaciones les ha ayudado a entender mejor el comportamiento, actitudes y respuestas emocionales de sus hijos e hijas. Igualmente, les ha servido para aprender cómo reforzar los aspectos escolares y organizar las rutinas del día a día, así como para mejorar su relación con los centros educativos en los que estudian sus hijos.
El informe
La publicación analiza la situación del TDAH en Navarra desde una visión múltiple. En primer lugar, aporta un análisis estadístico con datos actualizados. Después, una visión empírica de la percepción que tienen las familias sobre el trastorno, la respuesta del sistema educativo ante él, y cuatro experiencias de éxito.
Para la parte estadística, el Consejo Escolar ha contado con la colaboración del Departamento de Educación, que ha aportado datos censales de los cerca de 3.000 escolares diagnosticados en Navarra, lo que ha permitido conocer la evolución de los diagnósticos en los últimos cinco años, asociado al centro, nivel educativo, sexo, red y modelo de cada estudiante.
Para recabar la información de las familias, se elaboró un cuestionario en colaboración con las tres grandes asociaciones de TDAH de Navarra (ADHI, ANDAR y Sarasate), que incluía preguntas sobre la evolución individual de los menores, con el antes y el después de acudir a las asociaciones, así como sus características personales. Después de hizo un análisis cualitativo de las respuestas que aportaron cerca de 75 familias asociadas.
Por otro lado, se ha reservado un apartado a las medidas impulsadas desde el ámbito educativo para dar respuesta al TDAH. En él se hace referencia a las decisiones adoptadas desde el marco legal hasta la intervención escolar.
Finalmente, se aportan cuatro ejemplos de buenas prácticas. Tres corresponden a programas específicos promovidos por las organizaciones ADHI, ANDAR y Sarasate, y la cuarta, al programa de atención y trabajo con el alumnado TDAH del colegio Santa María la Real-Maristas, de Sarriguren (Egüés).
Nota de prensa:
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