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Hoy en día, son muchas las personas que buscan formas alternativas para cuidar su dinero y sus ahorros. Con la situación económica actual, no siempre es recomendable invertir en bolsa o en productos bancarios. En cambio, existe una opción que sufre una revalorización constante, incluso en momentos de crisis, y no es otra que la compra de monedas de oro.

La razón es bastante sencilla: el oro (y la plata también) son activos que no se encuentran ligados a la economía de ningún país, por lo que no se verán afectados por ningún tipo de vaivén. Es por eso que en época de crisis es cuando mayor interés se producirá en la compra de estos metales.

Una de las principales ventajas de comprar monedas de oro o plata es que nunca verás su precio reducido hasta cero, cosa que sí que puede ocurrir, por ejemplo, con los diferentes productos bursátiles. De esta manera, siempre será un valor tangible, fácilmente convertible en dinero para recuperar la inversión. Otro beneficio es que puede tratarse de una inversión completamente privada, sin que sea necesario que forme parte del sistema financiero de un país.

Es muy conveniente que tengas en cuenta que nuestra inversión en metales, independientemente que sea oro o plata, no forma parte del pasivo de ninguna persona o empresa. Es decir, no requiere desempeño alguno por parte de un emisor. Por desgracia, no puedes decir lo mismo cuando hablamos de las acciones, los bonos o cualquier derivado de estos.

No es casual que en los momentos de gran inestabilidad económica, muchos inversores se decidan a comprar piezas de oro u otros metales, ya que se trata de uno de los refugios más seguros en tiempos de crisis, ya sea de carácter económica o por otros motivos menos habituales como puede ser una guerra o algún tipo de desgracia natural.

Si todas estas razones no han sido suficientes, sería bueno precisar que el oro tiene una densidad de valor alto. ¿Qué significa esto? Pues simplemente que una pequeña cantidad ya supone un notable poder adquisitivo. Este aspecto no ocurre con otras inversiones, como pueden ser el cobre o también el petróleo.

En último lugar, no podríamos olvidarnos de mencionar que cada onza de oro tiene el mismo valor, no sufriendo variación alguna por su peso o pureza. Estos aspectos son muy importantes en los diamantes, por ejemplo, donde su valor estará determinado por parámetros que se encuentran preestablecidos.