Solo el año pasado México importó, según datos de la Interprofesional del Aceite de Oliva, 14.962 toneladas de aceite de oliva, y de esta cantidad el 82,72%, es decir, 12.377 toneladas, fue de aceite de oliva español.
Según el tesorero de la Interprofesional, Luis Miguel Martínez, la cifra llama todavía más la atención porque se trata de un incremento de un 21,31% en tan solo un año, cuando a principios del siglo XXI la cuota de mercado de los aceites nacionales no llegaba ni al 50%, y solo se vendían entonces unas 2.000 toneladas.
El liderazgo de España en el mercado mexicano resulta, en estos momentos, incuestionable. Es el tercer cliente en América, únicamente por detrás de Estados Unidos y Brasil, aunque, de mantenerse este crecimiento, podría desbancar al país carioca de esa segunda posición. Eso sí, el sector aceitero no puede “conformarse”. Así lo considera Luis Miguel Martínez, también responsable de Agricultura de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Jaén, que recalcó que, a pesar de estos incrementos en las partidas de aceite, se trata de unas cifras muy bajas de consumo, ya que México es una de las potencias emergentes “más dinámicas” del mundo, con más de 120 millones de habitantes.
Hay, por lo tanto, mucho trabajo por hacer en este país americano.
De hecho, México fue el primer destino elegido por esta organización dentro de una campaña de promoción de los aceites de oliva españoles, en la que se recorrerán en 10 meses 10 países de 4 continentes.