Las familias de pescadores que vivían en el camino de tifón Yolanda han perdido barcas, redes y herramientas; los elementos esenciales que necesitan para producir alimentos y ganarse la vida. Oxfam está trabajando con las comunidades de pescadores a reconstruir barcas y redes de reparación.
(c) Caroline Gluck / Oxfam "Urgimos al Gobierno a que lleve a cabo de forma inmediata un análisis exhaustivo de los recursos marinos y costeros para evaluar el alcance de los daños y determinar cuáles son las medidas más adecuadas para su recuperación"Este llamamiento llega seis meses después de que el Haiyan (conocido localmente como Yolanda y el tifón más potente que jamás haya tocado tierra) golpeara Filipinas, dejando más de 14 millones personas afectadas.
A través de este llamamiento se urge al Gobierno a que acelere las labores de limpieza de cocoteros caídos, recupere las barreras de coral y los lechos marinos destruidos, e invierta en acuicultura y en el cultivo de algas a pequeña escala. También se reclama la construcción de centros de evacuación seguros y la elaboración de planes de contingencia antes de la llegada de la próxima estación de tifones. Apenas un mes antes de que ésta comience, el 40% de las familias damnificadas aún viven en refugios temporales. En Samar Oriental, tan sólo el 8% de los centros de evacuación están en funcionamiento.
Un total de 600 líderes de grupos agricultores y pesqueros de todo Leyte, que han recibido el apoyo de NGOs for Fisheries Reform (NFR), Fair Trade Alliance (FTA) y de la organización internacional Oxfam, han acogido con satisfacción el objetivo establecido por el Gobierno de retirar 390.000 árboles caídos en el plazo de 90 días. Sin embargo, esto representa únicamente el 3% de los 13 millones de árboles destruidos que deben ser retirados tan solo en Visayas Oriental.
María Mendoza, directora ejecutiva de FTA, ha señalado: "Las familias agricultoras están en crisis. Las distribuciones de comida han terminado, el apoyo económico es cada vez menor y, sin embargo, los productores de coco siguen sin tener una fuente de ingresos que les permita mantener a sus familias. Muchos se enfrentan a las plagas de escarabajo rinoceronte que pueden diezmar los cocoteros que aún quedan y las tierras de labranza, poniendo en riesgo las escasas opciones para obtener ingresos. Cuanto más se retrasen las tareas de desbroce en las explotaciones, más se tardará en plantar cultivos que crezcan rápido y puedan proporcionar alimentos e ingresos seguros e inmediatos".
Los hombres y mujeres que se dedican a la pesca y que han podido reparar sus barcas han vuelto al mar para volver, tras casi medio día entero pescando, con tan sólo dos kilos de pesca. Muy poco si lo comparamos con las capturas de cinco kilos que conseguían en apenas dos horas antes del paso del Haiyan. Aunque el Golfo de Leyte ya estaba afectado por la sobrepesca, el tifón ha destruido los ecosistemas marinos –como, por ejemplo, pastos marinos y barreras de coral– lo que ha provocado la disminución de las poblaciones de peces.
"Urgimos al Gobierno a que lleve a cabo de forma inmediata un análisis exhaustivo de los recursos marinos y costeros para evaluar el alcance de los daños y determinar cuáles son las medidas más adecuadas para su recuperación", afirma Al Bernarte, coordinador del programa de NFR.
Las comunidades pesqueras que viven junto a la costa también se muestran preocupadas por los planes del Gobierno para reubicarlas lejos del mar.
Casimero Villas, portavoz de la asociación San Joaquin-Cogon Fisher men and women Association (SACOFA) de Palo (Leyte) apunta: "Personas del Departamento de Bienestar Social del Gobierno nos han dicho que debemos dejar nuestras casas junto al mar porque son áreas de peligro y, sin embargo, no son capaces de explicarnos cuáles son los criterios para determinar si una zona es peligrosa o no. Lo más triste es que el Gobierno no parece comprender por qué no queremos ser reubicados lejos del mar cuando la respuesta es simple: es de donde obtenemos nuestros ingresos".
Desde Oxfam hemos proporcionado asistencia inmediata a más de 730.000 personas suministrando agua, saneamiento, higiene, préstamos en efectivo y semillas de arroz, así como promoviendo la construcción de barcas e iniciativas de dinero por trabajo y para el cultivo de algas. Además, hemos distribuido redes anti mosquitos, kits para madres y recién nacidos y materiales para la construcción de refugios de emergencia.
Leo Roozendaal, subdirector regional de Oxfam en Asia, subraya: "La realidad es que para muchas personas en situación de pobreza la reconstrucción va a ser para peor y no para mejor. A través de la respuesta inicial se proporcionó ayuda de emergencia justo a tiempo, pero no podemos conformarnos con esto. El Gobierno habla de las difíciles cuestiones a las que se debe hacer frente, como la reubicación o la búsqueda de fuentes de ingresos alternativas mientras las industrias pesqueras y de coco se recuperan, pero no está haciendo suficiente".
"Las mujeres y hombres que se dedican al cultivo y a la pesca necesitan apoyo urgentemente para hacer frente a la siguiente etapa de la recuperación. Es necesario que haya un fuerte liderazgo a todos los niveles para acelerar los planes de recuperación y ayudar a las personas más pobres a rehacer sus vidas".