En el país "hay muchos grupos armados que reclutan niños", cuenta Ismael Beah, niño soldado en Sierra Leona, y ahora defensor de UNICEF de los niños afectados por la guerra.
UNICEF trabaja para liberarlos y reintegrarlos en sus comunidades. Es una tarea difícil, porque grupos como la Convención de Patriotas por la Justicia y la Paz o el Ejército de Resistencia del Señor tienen una presencia fuerte en los poblados de República Centroafricana.
Por eso los niños "se sienten fuertemente vinculados" a estas fuerzas, según explica Evelyn Zembea, trabajadora social.
Abdelkarim, de 16 años, ha pasado por ello. "He visto cosas terribles. El cuerpo de mi amigo en el suelo. He visto sangre. Después de su muerte decidí que era mejor ir al centro de tránsito porque creo que aquí hay una oportunidad mejor para mí". Estos centros son los lugares donde permanecen los niños liberados de grupos armados hasta que son reunidos con sus familias o trasladados a hogares de acogida. Allí van a clase y aprenden habilidades como sastería o mecánica.
NIÑOS SOLDADO: OTRA REALIDAD ES POSIBLE
Los niños liberados se dan cuenta en el centro "de que pueden reanudar sus estudios, que pueden estudiar formación profesional. Que tienen otras oportunidades para su futuro", declara Fosca Giulidori, especialista de UNICEF en protección infantil en República Centroafricana. Pero el camino hacia su recuperación no es fácil. El primer paso es abandonar el grupo armado, pero la verdadera batalla que afrontan es cómo superar el trauma que dejan atrás, física y mentalmente, hasta llegar a creer que tienen por delante una vida mejor.
UNICEF calcula que hasta 300.000 niños y niñas en todo el mundo participan en grupos y fuerzas armadas con distintas funciones, como combatientes, cocineros, porteadores, mensajeros, espías o por motivos sexuales. Este reclutamiento es ilegal y supone una grave violación de los derechos de la infancia.
Ponerle fin es un proceso complejo que requiere un compromiso por parte de toda la sociedad. Regresar a su vida y recuperar su infancia es difícil, porque los niños soldado ven su futuro truncado.
"Cuando te ves obligado a ir a la guerra, requiere tiempo saber que otra cosa es posible", dice Ismael Beah; "Yo pasé por ello".