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El medio n° 1 de notas de prensa en España

Día Mundial de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina

Publicado en el en Solidaridad y cooperación por

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LA MUTILACIÓN FEMENINA DEJA SECUELAS PERMANENTES

“Empezamos a los tres meses, eran pequeñas y se lo hacíamos. Algunas veces tenían 18 años. Algunas veces incluso eran madres. Con frecuencia sangraban, entonces se hacía todo lo posible pero la persona moría. Moría por la mutilación. Incluso el año pasado algunas de ellas tuvieron que ir al hospital”, nos cuenta  Josephine Akissi Coulibaly, una mujer que se dedicaba a practicar la ablación. 

Kiouala Kone, de 51 años, también fue sometida a mutilación, y ahora es activista comunitaria: "Lo que todavía recuerdo es que cuando acabaron de circuncidarme y me hicieron levantarme, las que estaban delante de mí se sentaban sobre hojas. Vi sangre por todas partes. Este miedo, todavía lo tengo dentro de mi. Debido a esto tengo miedo de los hombres, de los chicos. No sabía si todo lo que me harían abajo sería doloroso. Incluso hoy en día, esto sigue en mi cabeza”.

Las cicatrices dejadas por la mutilación son tanto físicas como psíquicas y con frecuencia permanentes.

“Los riesgos a corto plazo son hemorragia y trauma. La hemorragia puede incluso conducir a la muerte súbita. Hay quistes dérmicos, dificultades para dar a luz, fístula. La circuncisión no es una buena práctica” asegura Molao Bomisso, Directora Nacional de OIS África, socio de UNICEF.

Christine Koné, de 26 años, también fue sometida a la mutilación: “tengo problemas para orinar. La orina va por su cuenta. Cuando me tumbo se va para abajo, no soy capaz de controlarla. Si tuviera algo que contar a mis padres, les diría que paren la mutilación, porque causa problemas cuando eres mayor y cuando vas a dar a luz”.

"tienen que luchar contra la ablación como lo hacemos nosotras"

La ley se está cumpliendo pero ha coincidido con la guerra, así que somos incapaces de hacer que se cumpla en los pueblos, pero cuando las cosas vuelvan a la normalidad, comenzaremos a luchar contra la violencia de género, especialmente contra la mutilación genital femenina”, continua Molao Bomisso, Directora Nacional, OIS África, socio de UNICEF

Para Kiouala Kone, de 51años, algunas cosas están cambiando: “Hoy en día, muchas chicas van al colegio, muchas chicas saben que la mutilación no es buena. La mentalidad ha cambiado, especialmente ahora, cuando coges a una mutiladora y la metes en la cárcel, la palabra va más lejos”.

En  2012, Costa de Marfil acabó con la impunidad, al condenar a nueve circuncidadoras.

“Cuando tratas de convencer a una mutiladora, no te escucha, porque es su medio de vida. Pero seguimos insistiendo e insistiendo. Le hacemos comprender que su práctica es equivocada. Yo sufro por ello hoy en día. Le cuento que soy una víctima, que me mutilaron cuando tenía 11 años, ahora tengo 42”, asegura  Molao Bomisso, Directora Nacional, OIS África. “Estamos luchando, y las mujeres involucradas en esto, deben venir, y luchar con nosotras. En el Oeste, en el Norte, en el Este, en cualquier parte del mundo. Tienen que luchar como lo hacemos nosotras”, afirma.

Josephine Akissi Coulibaly, antes mutiladora, nos explica que dejó de hacerlo porque, "seas una mutiladora o no lo seas, no puedes estar por encima de la ley”.

UNICEF trabaja con los aliados locales y las autoridades del mundo para poner fin a la mutilación genital femenina y proteger a las futuras generaciones de hijas, madres y abuelas.

  • Josephine dejó la cuchilla y se unió a la luchar contra la mutilación genital femenina.  Junto a otras exmutiladoras, defiende el abandono de la práctica.
  • Kiouala trabaja en su comunidad para dar voz a las mujeres sometidas a mutilación

La educación, el conocimiento, la formación y la concienciación de toda la sociedad son herramientas fundamentales para la erradicación de prácticas tan agresivas, y discriminadoras como esta.

 

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