La elección de Dubái como sede de la 10ª edición del ‘Foro Económico Islámico Mundial 2014’ ha servido para catapultar al emirato de cara a cumplir su objetivo de convertirse en la capital de la economía islámica.

 

A pesar de la existencia de varios enclaves económicos islámicos en toda la región asiática, Dubái consolida sus aspiraciones de convertirse –desbancando a Malasia, que habría entrado en una fase de “estancamiento”- en centro neurálgico para el desarrollo de varios sectores de actividad, entre los que se encuentran las finanzas, el ramo asegurador y la alimentación Halal (aceptables según la Sharia o ley islámica). Junto al emirato, destaca además el papel protagonista de Arabia Saudí, Indonesia y Turquía, destaca Thomson Reuters.

 

Con un gasto de los consumidores en todo el mundo musulmán en los sectores de alimentación y estilo de vida cercano a 1,62 billones de dólares (1,20 billones de euros) en 2012 -y la previsión de llegar a 2,47 billones (1,82 billones de euros) en el horizonte de 2018-, Dubái gana enteros para erigirse en el principal mercado potencial para los productos alimentarios Halal.

 

Con el lanzamiento de la campaña ‘Dubai: Capital of Islamic Economy’, la ciudad pretende adjudicarse buena parte del mercado Halal de la región. El Golfo Pérsico, en general; y Emiratos Árabes Unidos, en particular, prevén tasas de crecimiento de dos dígitos en esta industria.

 

“En dos años, Dubái podría transformarse en un referente clave en el mundo Halal”, según Jasem Mahadik, director de proyecto en Al Maali Engineering, Trading & Contracting Group. En su opinión, “el desarrollo en el emirato de una sólida red de instalaciones y servicios de logística para la producción Halal podría hacer que dicho mercado se convierta en un hub mundial de esta industria”.

 

Además, mientras a nivel mundial se busca un estándar internacional para alimentación Halal, Dubái avanza en su marco regulatorio con la meta de convertirse en el referente de la región para las industrias Halal. Así, “la adopción de un sistema de control y verificación (un sello Halal obligatorio) no dejará lugar para la especulación y el escepticismo”, señalaba recientemente Mohammad Saleh Badri, director general de la Autoridad de Normalización y Metrología de EAU (ESMA).