El pasado viernes el devastador tifón Haiyan arrasó Filipinas, destruyendo pueblos enteros, haciendo desaparecer millones de hogares y dejando ya más de 10.000 muertos.
Al menos 18 millones de personas viven en las zonas más afectadas por el desastre. UNICEF calcula que 4 millones de niños pueden verse afectados por el tifón.
En una catástrofe natural de esta magnitud, los niños son los que más sufren. Nuestra prioridad es atender de forma inmediata las necesidades de los niños en nutrición, agua, saneamiento e higiene, educación y protección. Nuestros equipos en el terreno están trabajando en coordinación con el gobierno, agencias de Naciones Unidas y organizaciones locales.
Ya se están preparando suministros adquiridos a proveedores del país, como alimento terapéutico para niños, equipos sanitarios y kits de agua e higiene para 3.000 familias de las zonas afectadas, siendo prioritaria su distribución en el área de Tacloban tan pronto como sea posible el acceso.
Los niños que han sobrevivido a la terrible violencia del tifón Haiyan necesitan ayuda urgente para recuperarse de las secuelas de la tormenta. Existe una especial preocupación por el impacto en la salud de los habitantes, ya que el tifón ha producido daños en los sistemas de agua y saneamiento. Los niños también necesitan espacios seguros y protegidos para poder jugar y volver a estudiar, mientras los adultos trabajan para recuperar sus hogares y los medios de subsistencia.
En los últimos meses UNICEF ha respondido a tres emergencias en Filipinas (el conflicto en Zamboanga, el terremoto en Bohol y, ahora el tifón Haiyán).
Ante una emergencia de tal magnitud, estamos movilizando a todos nuestros aliados para apoyar el trabajo de UNICEF en la zona. Ayúdanos a difundir este llamamiento de emergencia en tu organización y entre tus contactos. Puedes también contribuir a través de un donativo en la web o llamando al 902 31 41 31 (de lunes a viernes de 9 a 22h).
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Vuestra ayuda tiene un enorme valor para UNICEF.