“Me quedo en la tienda todo el día”, dice Silva, de 20 años, con tristeza. Esta no era la vida que había planeado. Antes de verse forzada a
huir de Siria a causa del conflicto, estaba en su segundo año de universidad. La tienda familiar es pequeña. Tiene una alfombra en el suelo y los colchones de espuma se apilan en las paredes. La posibilidad de continuar sus estudios en
Irak es remota, debido al elevado coste anual de la matrícula, que no puede permitirse. Ha intentado conseguir un trabajo para ayudar a su familia, pero los intentos han resultado fallidos. “Espero
volver a Siria para terminar mi carrera universitaria”, dice ella. “No tengo ninguna oportunidad de estudiar aquí”. La hermana de Silva, Heba, de 13 años, está en una
escuela apoyada por UNICEF en el campamento de Baherka. UNICEF apoya la escolarización de 5.000 niños en la región de Erbil UNICEF está apoyando la
escolarización de
más de 5.000 niños en la región de
Erbil. En Baherka, están recibiendo educación más de 800 niños. La escuela tiene dos turnos cada día. “Hace mucho calor”, dice Heba, quien afirma que le encanta la escuela y de mayor quiere ser doctora. Kinda, de 16 años, no ha estado fuera de la escuela mucho tiempo. A pesar del conflicto, seguía asistiendo a la escuela en Siria hasta que su familia decidió huir hace unas semanas. Echa de menos las pequeñas cosas. “En casa tenía muchos libros y música”, dice. “Pero no los podía traérmelos al venir a Irak”.