En UNICEF sentimos un agradecimiento muy profundo hacia cada una de estas personas, y por igual, porque cada uno de sus gestos tiene unas consecuencias reales para los niños que viven en las condiciones más difíciles de la tierra.

 

La suma de miles de SMS, junto con otro tipo de donaciones, alcanzan, por ejemplo, estos resultados para los niños castigados por la guerra de Siria:

1.086.218 vacunados contra el sarampión dentro Siria + 1.367.651 en la región. 10 millones de personas con acceso a agua potable dentro de Siria y 312.710 en los países que acogen a refugiados. 396.545 niños dentro de Siria y 268.611 en la región con acceso a apoyo psicosocial. 289.928 dentro de Siria y 176.061 en países vecinos matriculados en programas de aprendizaje.

Esto no sale de la nada. Hacen falta muchos recursos y un gran equipo profesional para poder cubrir necesidades de millones de personas. Y, como ocurre con todas las cosas, si quienes pueden poner los recursos para atajar una situación no conocen esa situación, no harán nada, ni siquiera pensarán en hacerlo porque desconocen la realidad sobre la que podrían actuar.

Cambiar realidades todos los días

Informar públicamente sobre esa realidad y difundirla, logra que una sociedad entera, y sus órganos legislativos y ejecutivos, sepan que existe tal o cual situación: un tweet, un artículo en un periódico, una noticia en una web, un post en un blog, una entrevista en la radio, un mail, un reportaje en televisión... cualquier forma de difusión estará contando una realidad y consiguiendo dos cosas: que todos aquellos que lean o escuchen puedan ser conscientes de una situación (a veces dramática para millones de personas) y que, quien pueda y quiera, contribuya a cambiarla.

Y se consigue cambiar realidades todos los días.

Con firmas que reclaman cambios en políticas y leyes, con SMS que se transforman en ayuda humanitaria, con donaciones regulares que sostienen programas de desarrollo a largo plazo e intervenciones inmediatas en emergencias, con reportajes en medios de comunicación que denuncian duras realidades que permanecían ocultas, con tuits que amplifican el altavoz de los derechos de la infancia o que difunden campañas para que más gente participe...cada uno de estos gestos, gigante o minúsculo pero todos importantes, mueve al menos una pieza en el puzzle que construye oportunidades de supervivencia y de desarrollo para un niño, una niña, para mil, dos mil, 300.000, un millón, varios millones...estas vidas son la suma de esos gestos.

Gracias