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Las lámparas LED no desperdician energía en crear calor como el resto de las lámparas, lo cual permite usarlas en sitios más complejos, con poco espacio, o donde el control de la temperatura o el gasto en aire acondicionado sean importantes.

Trigasia, compañía española especializada en la investigación, desarrollo, fabricación e importación de productos de tecnología de iluminación LED, ha realizado un estudio entre sus clientes comprobando que sus productos LED consumen un 92% menos de electricidad que las bombillas incandescentes, un 82% menos que los sistemas de iluminación halógena y un 65% de ahorro frente a los tubos fluorescentes. Además, estos dispositivos no emiten luz mediante la generación de calor. De hecho, podemos tocar una bombilla LED encendida con los dedos sin temor a quemarnos. En términos generales, una lámpara LED de luz blanca convierte más de un 80% de la energía consumida en luz y aproximadamente un 20% en calor, inherente a cualquier circuito eléctrico. Una lámpara fluorescente convierte aproximadamente un 35% de la energía consumida en luz, y el resto en radiación infrarroja (calor) y ultravioleta. Por su parte, una incandescente convierte alrededor del 10% en luz, y el resto en radiación infrarroja (calor). “Estas características únicas hacen que estos productos de iluminación sean apropiados para ambientes fríos (cámaras frigoríficas o almacenes de productos frescos), para iluminar tiendas de ropa o museos e incluso para algunos tratamientos dermoestéticos. Además contribuyen a reducir los costes de climatización y minimizar los riesgos tanto para las personas como los equipos”, explica José Luis García, director comercial de Trigasia. Así, esta tecnología aplicada a la iluminación implica una disminución significativa de la energía utilizada, manteniendo los mismos niveles de calidad de la iluminación existente. Una de las características más llamativa de los productos LED es su durabilidad. Más de 50.000 horas de funcionamiento frente a las 10.000 horas de media de las otras tecnologías del mercado. El Índice de Reproducción Cromática IRC (capacidad que una fuente luminosa tiene para reproducir fielmente los colores), es otro factor a tener en cuenta, pues a mayor IRC la capacidad de visión del ser humano aumenta. Este índice se sitúa entre 20 y 50 en las iluminaciones habituales cuando la tecnología LED alcanza valores superiores a 80. Trigasia ofrece a sus clientes un servicio técnico para que de forma gratuita se les pueda aconsejar sobre los productos más adecuados a sus necesidades creando un estudio personalizado de la inversión a realizar para la sustitución de su actual sistema de iluminación. Además, a través de empresas financieras, ofrecen la posibilidad de financiar la obra mediante productos ‘renting’ o financiación directa. En los últimos años, Trigasia ha desarrollado proyectos lumínicos con LED en entidades financieras, hoteles, laboratorios farmacéuticos, clínicas oftalmológicas, comunidades de vecinos, franquicias, restaurantes, compañías telefónicas y en todos aquellos clientes que se lo ha solicitado siendo conscientes de que el ahorro y la conservación del medioambiente pueden convivir. Trigasia es una compañía española especializada en la investigación, desarrollo, fabricación e importación de productos de tecnología de iluminación LED de alta potencia. Por ello, y en su afán de mejorar día a día, busca las materias primas, testa y desarrolla todas las partes de la lámpara de manera individual, utilizando los más altos estándares en dichos componentes. Trigasia cumple estrictamente la normativa europea, incluso superándola, puesto que sus productos no contienen ninguna cantidad de wolframio (como las lámparas incandescentes o halógenas), ni de mercurio (como muchas lámparas de descarga y fluorescente) y no emiten radiaciones UV ni IR.