• Los estornudos seguidos y/o las toses ininterrumpidas pueden provocar, por debilidad del suelo pélvico, escapes de orina. • Pasada la época de alergias, se debe estudiar este problema y no posponerlo para el año siguiente.
Madrid, 7 de mayo de 2013
Entramos en una época del año donde las alergias comienzan a aflorar. Caprichosos cambios térmicos junto a la polinización estacional que, según la previsión de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica, este año duplicará los niveles del anterior.
Esto dará lugar a un claro aumento de la sintomatología característica: escozor y picor naso ocular, rinitis con la secreción destilatoria acuosa, tos semicontínua, estornudos en salvas y hasta episodios asmatiformes.
Las gramíneas son el agente episódico de la época, responsable por excelencia de la sensibilización de un enorme grupo de personas; pero inmediatamente y como competidores directos aparecen los pólenes del plátano de sombra, el del olivo y el del autóctono tejo.
Todos ellos, aisladamente o en secuencia cronológica, sin solución de continuidad, pueden desencadenar uno, algunos, o la pléyade de los síntomas citados. Pero al carnaval de efectos, en algunos casos, se une el factor pérdidas de orina, que recibe el calificativo de incontinencia de esfuerzo.
A los estornudos seguidos y/o a las toses ininterrumpidas se asocia, por debilidad del suelo pélvico, los escapes de orina. El doctor Pedro Tormo, portavoz del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), nos marca una serie de recomendaciones.
Para empezar, los remedios pautados, como la utilización de antihistamínicos, más las precauciones en la contención de la intensidad del estornudo o de la violencia de la tos. Sin olvidar las indicaciones repetidas de año en año (cierre de ventanas, cristales de coche, no visitar áreas de vegetación florida, evitar cambios bruscos térmicos etc), pero si además surgen circunstancias asociadas de pérdidas urinarias, es necesario recurrir al remedio inmediato del absorbente idóneo, discreto, funcional, adosado a la ropa interior, para la anatomía femenina o masculina, con suficiente capacidad para enjugar la cantidad pérdida y que confiere seguridad y tranquilidad a quien lo porta.
Pero, pasada la época de alergias, se debe estudiar el problema y no posponerlo para el siguiente año; etiquetar su origen y adecuar la terapia, bien física, rehabilitatoria, mecánica, química o de contención.